La herida racial que persiste en la recta final de la presidencia de Barack Obama es ahora más lacerante e inquietante. Coincide con la lucha cuerpo a cuerpo entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump quien agita la xenofobia.
A Barack Obama le duele especialmente la paradoja del orgullo de ser el primer presidente negro (en un país con historia de esclavitud y segregación) y convertirse a la vez en el mandatario que llega al final de su mandato con las heridas raciales abiertas en canal en Estados Unidos. Los casos de violencia policial contra negros y la tensión racial se repiten con casos de extrema gravedad que suscitan indignación.
Los últimos episodios, de nuevo envueltos en graves disturbios con toque de queda. En Charlotte (Carolina del Norte), la muerte de un hombre por disparos de la policía provocó protestas violentas. En Tulsa (Oklahoma), un hombre desarmado fue acribillado por una agente blanca. En esta última localidad, la indignación fue aún mayor por cómo sucedió de desenlace del caso Betty Shelby. Barack Obama reconoció su dolor en declaraciones a la cadena ABC.
El caso Betty Shelby
Fuerte polémica en Tulsa por el caso de la policía blanca que mató a un afroamericano desarmado se entregó y fue liberada a los 20 minutos. Betty Shelby, acusada de homicidio agravado, se entregó por la madrugada y salió de la cárcel tras el pago de 50.000 dólares de fianza.
Betty Shelby fue acusada de homicidio en primer grado por matar de un disparo a un hombre negro desarmado la semana pasada, en uno de los casos que reavivó las protestas de la comunidad afroamericana en Estados Unidos.
Se entregó en la madrugada a las autoridades. pero fue liberada 20 minutos después tras el pago de una fianza. La fiscalía la acusó de homicidio agravado por la muerte de Terence Crutcher, a quien mató de un disparo pese a que estaba desarmado junto a su camioneta averiada al costado de una ruta en una zona boscosa.
El fiscal federal Steve Kunzweiler presentó los cargos señalando que "reaccionó injustificadamente" cuando le disparó a Crutcher, de 40 años, quien no iba armado.
Disturbios y protestas en Charlotte
En Charlotte, pese al ltoque de queda y la presencia de efectivos de la Guardia Nacional, que dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos, tres días de graves disturbios.
Fuertes protestas por la muerte de Keith Lamont Scott, un hombre negro de 43 años que, según su familia, fue víctima de un abuso flagrante de las autoridades en el estacionamiento de un complejo de viviendas.
La policía asegura que Scott fue herido mortalmente al negarse a dejar el arma de fuego que portaba. Según sus familiares no era más que un libro. El jefe de policía Putney no cedió ante las presiones para que hiciera público el video en el que se ve la intervención policial contra Scott.
– Ver en Hechos de Hoy, Estado de emergencia tras nuevos disparos en las calles de Charlotte.
