En los hechos de hoy, lunes 20, gran atención a los énfasis y a los silencios de Donald Trump al jurar y tomar posesión como nuevo presidente de Estados Unidos.
No es ningún secreto, como ha destacado Hechos de Hoy (sobre nosotros), que Donald Trump quiere la paz y busca la paz absoluta en la región de Oriente Medio. Y no olvida que Irán es la dictadura madre que ayuda a Rusia en su lucha contra Ucrania y es aliado clave de la Venezuela de Nicolás Mduro.
Trump desea lo primero la libertad de todos los rehenes, la tregua efectiva entre Hamás e Israel y la paz total. De ahí que en la jornada de investidura y toma de posesión, el equipo de Trump, sin enfatizarlo, mantuvo a Gaza como primera prioridad.
El desafío de Hamás
El grupo terrorista Hamás anunció que la Franja de Gaza y su población “resurgirán” tras más de 15 meses de intensos bombardeos israelíes, en respuesta al salvaje ataque terrorista de comandos armados que asesinaron a cientos de personas en Israel el 7 de octubre de 2023.
En el segundo día de una tregua acordada con Israel, Hamás reiteró su advertencia de reconstruir el enclave palestino y establecer un Estado con Jerusalén como capital.
“Gaza, con su gran pueblo y su resistencia, resurgirá para reconstruir lo que la ocupación ha destruido”, afirmó Hamás. Además, prometió “continuar firme en el camino hasta que la ocupación sea derrotada y se establezca un Estado palestino con Jerusalén como capital”. Es decir que el objetivo de Hamás es la destrucción total de Israel, su expulsión de Oriente Medio y el establecimiento único del Estado de Palestina con Jerusalén como capital.
Hamás aseguró que, durante los enfrentamientos más recientes, “los crímenes sistemáticos de la ocupación no han logrado disuadir a nuestro pueblo y a su valiente resistencia de aferrarse a la tierra y hacer frente a la agresión. Estas declaraciones se consideran como una nueva una amenaza directa contra Israel.
Por su parte Israel excarceló el lunes a 90 presos palestinos, unas horas después de que Hamás liberara a tres rehenes israelíes, en virtud del acuerdo de tregua en la Franja de Gaza.
Los primeros camiones con ayuda humanitaria empezaron a entrar en la Franja de Gaza poco después de que comenzara a regir la tregua el domingo. En total, 630 vehículos entrararon en el primer día de cese el fuego.
Además, tras 471 días de cautiverio, las tres rehenes israelíes liberadas pudieron reunirse con su familia y se encuentran hospitalizadas en “condición estable”, según fuentes médicas.
Pocas horas después de que las tres mujeres cruzaran la frontera, Israel liberó a 90 palestinos de la prisión militar de Ofer, en Cisjordania, y de un centro de detención en Jerusalén. La primera fase del pacto prevé la liberación de unos 1.900 palestinos encarcelados por Israel a cambio de 33 rehenes israelíes retenidos en Gaza.
La atención de Arabia Saudí
A este escenario está my atento el príncipe heredero al trono de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman (MBS). Esta vez cree que se abre el momento definitivo para la implicación a fondo de Arabia Saudí en Oriente Medio.
Considera además que se debe precisar al hablar sobre los países árabes, de Mundo Árabe y de Mundo Musulmán.
El término de Mundo Musulmán se puede aplicar a los países árabes de Asia de mayoría musulmana pero con diferentes idiomas. Para ser un país del Mundo Árabe es necesario hablar la lengua árabe y pertenecer a la organización internacional panárabe La Liga Árabe.
Por ello países de mayoría musulmana como Pakistán o Afganistán no pertenecen al colectivo de los árabes.
Un dato relevante de la diferencia entre musulmán y árabe se refleja en que una quinta parte del mundo es musulmana. Pero, a la vez, tan solo una quinta parte de los musulmanes son árabes.
El Mundo Árabe es el espacio geográfico unido por la lengua árabe, aunque la mayoría de estos países son de confesión musulmana. Este colectivo está formado por 22 países y conforman el 5% de la población mundial. El mayor de ellos es Egipto con 85 millones de habitantes y el menor es Islas Comores (África oriental, Índico) con 300.000 habitantes.
Hay que subrayar que los árabes no son los únicos habitantes en esta regiones. Son el último imperio que pasó por ellos. Por eso se mantienen muchas minorías autóctonas en estos países como por ejemplo los Bereberes en el norte de África; los Cristianos Coptos en Egipto; los Maronitas en el Líbano; y los Kurdos en Irak. Estos grupos, que ahora son minorías, son los antecesores de la llegada de los árabes a estos países. Con la revelación del islam se fue asentando esta como religión de los expansionistas.
Sin embargo, lo que marca la situación sociopolítica de los países árabes hoy en día es la época colonial repartida fundamentalmente por Francia e Inglaterra, aunque con alguna presencia de España (Marruecos y el Sahara Occidental) e Italia (Libia).
Estos países asentarán las fronteras de los estados y delimitaran sus sistemas políticos y sociales. Ejemplo de ello es la región de Oriente Medio con el acuerdo de 1916 de Sykes Picot, donde Inglaterra y Francia se repartieron el territorio que forma hoy el norte de la Península Arábiga.
Además, los procesos de descolonización formarán gobiernos vinculados a las potencias coloniales, como por ejemplo Argelia que al finalizar la independencia instaura una republica basada en el modelo francés. Lo mismo sucedió en Jordania con la influencia inglesa en la formación del reinado.
Pero estos giros sociopolíticos en los países árabes no han dejando de lado su compromiso histórico de países muy tradicionales y asentados fuertemente en su legado cultural. No obstante la visión hacia estos países en las últimas décadas ha sido de extremistas y fundamentalistas sobre las interpretaciones y prácticas de los textos sagrados.
En los países árabes surgió el Panarabismo, teorías que nacieron a finales del siglo XIX y principio del XX. Y que se materializó en una visión moderada en el año 1975 con la Liga Árabe.
Se radizalizó en grupos minoritarios en las zonas del norte de África y Oriente Medio, donde circulaba la idea del gran imperio musulmán, el Califato, que ahora incluía a los países asiáticos.
Configuró facciones salafistas, así como la nueva Irán de la Revolución Islámica (1979). En ese momento el mundo árabe pasó a llamarse musulmán.
En la última década del siglo XX surgió el grupo terroristas Al Qaeda, que en la lucha contra lo que se denunció como “el terror” de George Bush (padre) quedó materializada como si se tratase de una multinacional con facciones en el norte de África, Oriente Medio, en la Asia musulmana y hasta en el sur de África.
Para los analistas, MBS cree que es el momento de afianzar una influencia (también política, moral y religiosa) de Arabia Saudí desde las costas costas de Mauritania hasta Sudán, Somalia e Irak.
Dejando claro que Irán es persa y no árabe. Y que de una vez debe dejar de extender el odio y la violencia en Oriente Medio, la gran pegunta ¿MBS, el líder del nuevo ecosistema de desarrollo y cohesión del Mundo Árabe con los ejemplos y modelos de Singapur y Japón? Gran atención de los analistas a este momento político tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.