Angela Merkel y Emmanuel Macron enviaron mensajes al Kremlin. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, clamó y advirtió a Rusia. Vladimir Putin cedió.
La calma prevalece en la región de Guta Oriental, el principal bastión opositor de las afueras de Damasco, en el comienzo de una tregua humanitaria anunciada el lunes por Rusia, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Un ambiente de desolación en Duma, la mayor ciudad de Guta Oriental.
El lunes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó una tregua humanitaria. "Por orden del presidente ruso y con el objetivo de evitar víctimas entre la población civil de Guta Oriental, desde el 27 de febrero se introducirá una pausa humanitaria", anunció el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú.
La tregua, que el ministro vinculó directamente con la resolución 2401 aprobada el fin de semana por el Consejo de Seguridad de la ONU, entrará en vigor diariamente a las 09.00 de la mañana y expirará a las 14.00 horas.
La resolución de la ONU, que Rusia aceptó no vetar solo después de ciertos cambios, demanda "que todas las partes cesen las hostilidades sin retraso" y que se comprometan a mantener una "tregua humanitaria de al menos 30 días consecutivos en toda Siria".
Desde el 18 de febrero, Guta Oriental vive una escalada de los ataques de la aviación siria y la rusa y de la artillería gubernamental que se ha cobrado la vida de 561 personas, entre ellas 139 menores y 83 mujeres, de acuerdo al recuento del Observatorio Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La campaña del régimen de Damasco -apoyado militarmente por Moscú- contra Guta Oriental es de una violencia inusitada, incluso para un país arrasado desde 2011 por un conflicto que ha dejado ya unos 340.000 muertos y una profunda crisis humanitaria.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció los "mataderos de seres humanos" en Siria. Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, también llamó a aplicar "inmediatamente" la tregua de 30 días. En Guta Oriental las dramáticas escenas se repiten a diario. Familias enteras están refugiadas en sótanos para escapar al diluvio de fuego.
En las calles, las fachadas de los edificios, algunos de varios pisos de altura, parecen destripadas, mientras que las calles están repletas de escombros y restos calcinados de automóviles.
