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GRAVES ERRORES

Soraya Sáenz de Santamaría, la respuesta frente a Ana Mato y Javier Rodríguez

Rajoy admitió que se puede mejorar la gestión de la crisis. Nombró a la vicepresidenta al frente de la lucha contra el Ébola. El Hospital Carlos III se convirtió en centro de atención de afectados por el virus.

Hechosdehoy / Hechos de Hoy
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La salud de Teresa Romero, el primer objetivo de la lucha contra el Ébola en Madrid señaló el presidente del Gobierno en su visita al Hospital Carlos III. Permanecen ingresadas 17 personas.

A la vez Mariano Rajoy nombró a Soraya Sáenz de Santamaría al frente de un comité especial en la gestión de esta crisis. Visitó el Hospital Carlos III con el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, señalando que el riesgo de contagio "es muy bajo". Pero puntualizó que no es la valoración del Gobierno de España sino de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La ministra de Sanidad, Ana Mato, se reunió con los consejeros autonómicos, anunció cambios en el protocolo y avanzó que el personal en contacto con enfermos de Ébola será controlado. Evitó valorar si se sentía desautorizada. Los acontecimientos, sin embargo, lo demostraron.

A los cinco días de la crisis, sí se puede establecer, en un primer balance, que la elección de la vicepresidente como portavoz y al mando de lo que es un comité de crisis fue un acierto frente a los errores de la ministra y de forma muy especial del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Javier Rodríguez no sólo se equivocó con unas declaraciones que debió de evitar por sensatez y respeto sino que además se reiteró en ello. Parece evidente que eran momentos de prudencia y de contención, y de medir de forma exacta actitudes y comportamientos.

Ha sido, y es, una crisis de salud pública, surgida con el contagio de Teresa Romero al tratar en el Hospital Carlos III de Madrid a uno de los misioneros enfermos que fallecieron después de ser repatriados. Javier Rodríguez cometió un grave error al afirmar que Teresa Romero mintió a las autoridades sanitarias y cuestionar la dificultad del proceso de vestirse y desvestirse con los trajes protectores para evitar el contagio del Ébola.

En sus declaraciones a diferentes medios mostró su cadena de errores con juicios de valor prematuros. En los platós de televisión, sus afirmaciones fueron sorprendentes y retadoras.:

En el programa de Ana Rosa (Telecinco): "Para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta un máster". "Unos tienen una mayor capacidad de aprendizaje que otros". "Ha tardado días en reconocer que pudo tener un fallo al quitarse el traje. Si lo hubiese dicho ante habríamos ahorrado mucho trabajo".

En declaraciones a la emisora Onda Cero: "Yo tengo compañeros míos que operando pacientes se han contagiado de sida porque se han pinchado y porque tengan sida no se les va a dejar de operar". "Tan mal no debía estar para ir a la peluquería". "Ha tardado mucho en decir lo que había hecho, nos hubiera evitado un quebradero de cabeza"

En declaraciones a la Cadena SER: "Si tengo que dimitir, dimitiría. No tengo ningún apego al cargo, soy médico y tengo la vida resuelta". "Si de todos los asuntos médicos son responsables los políticos, cambiaríamos cada dos días la administración". "No puedo confirmar que el momento en que se quitó el traje estuviese supervisado".

En el plato de Espejo Público en el programa de Susanna Griso (Antena 3): "He dicho que podría haber mentido porque ha ocultado los datos, ha tardado días en reconocer que había cometido un error". "El médico que le trata puede llevar razón porque es una persona que mide dos metros y los trajes se hacen como se hacen"." Ella ya tenía experiencia de haberse puesto y haberse quitado el traje sucesivamente". "Ella solamente se refiere a que tiene cansancio cuando va al médico de cabecera, como tenemos cualquiera cuando tenemos un poco de fiebre". "En el primer caso se les dieron los primero cursillos y no hubo ningún problema".

De nuevo quienes están en primer línea de servicio y responsabilidad, tuvieron actuaciones sin sensibilidad y pudor. No fueron cesados ni la ministra ni el consejero. Pero en ambos casos sus actuaciones quedaron censuradas. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, le desautorizó de forma abierta. Mariano Rajoy -como informó Hechos de Hoy– rectificó por su parte dejando la responsabilidad al frente de un comité de crisis en la dirección de la vicepresidenta.

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