1. Inicio
  2. Secciones
  3. Comunicación
  4. Smartphones, phablets y tendencias dominantes en los “wearables”

COMUNICACIÓN Y DISPOSITIVOS

Smartphones, phablets y tendencias dominantes en los “wearables”

Movilidad, visualidad y totalidad. El fenómeno de intercambio de conocimientos entre el que produce y el que consume ha multiplicado el tipo de dispositivos y las creaciones.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo

La carrera de dispositivos continua a toda marcha. Las tendencias mudan más lentamente. El ser humano rara vez. Tim Cook, CEO de Apple, presentó las novedades de la marca de Cupertino, California. Entre ellos un reloj de lujoso diseño, el iWatch, el smartphone iPhone 6 y la phablet iPhone 6 Plus.

Phablet, o tabléfono, su nombre se lo debemos a Scott Weber, que lo utilizó por primera vez en junio de 2010 para referirse a un aparato con pantalla de 7 pulgadas comercializado por Hawei en Asia.

Con la palabra phablet se alude a dispositivos cuya dimensión de pantallas se encuentra entre la del teléfono móvil (3,5 / 6,9 pulgadas) y la de la tableta (7 / 8,5 pulgadas o mayor). Por encima de esta magnitud de pantalla se hallan los llamados laptop, dispositivos inteligentes que por su liviandad pueden apoyarse encima (top) del regazo (lap). No he visto la traducción quizás horrísona de tal aparato como “regazable”. Total, lo que está en juego es acertar con el tamaño y proporción de los lados del rectángulo sobre el que posamos la vista una y mil veces: ordenador de mesa, el más ligero laptop, la phablet y el smartphone.

¿Qué corrientes –megatrends– mueven estos diseños?

Sin entrar en el núcleo del planeta Comunicación, ni en el imperceptible desplazarse de sus placas tectónicas en el magma económico, filosófico y social, a media altura son observables tres tendencias consistentes. Aunque, ciertamente, ninguna de ellas tiene la misma fuerza que las otras en todas las regiones: Asia, América, Europa.

Movilidad

En el fondo queremos llevar con nosotros – los utilicemos o no – los servicios, la información general o particular, las fotografías y vídeos queridos, los juegos, la música y los números de teléfono de nuestros contactos. Pero lo queremos, obviamente, sin cargar con las páginas amarillas, el quiosco, los álbumes familiares, la videoteca, la caja de juegos reunidos Geyper, la discoteca, el listín casero ni cualquiera de las demás “servidumbres” materiales de esta tierra.

Además de querer llevar todo eso encima, deseamos tenerlo disponible al momento. Y “al momento” es ya; en esto nos vamos pareciendo al niño mimado del chiste: “quiero un donut aquí, ahora y sin agujero”.

La ingeniería electrónica, Internet y la tecnología de los materiales – comprendida la nanotecnología – se han aliado para dar satisfacciones casi infinitamente grandes en dispositivos casi infinitamente pequeños, y en tiempo real. Ahí están los wearables, los aparatos, llevables, como una pulsera o una camiseta, que lo mismo te dicen las pulsaciones del corazón que los kilómetros recorridos por el corredor de fondo.

Visualidad

Junto al sentido del oído (para la música), el que más está siendo atendido por los productores y por los consumidores de sensaciones es el de la vista (para la imagen fija – fotografía – o en movimiento – vídeo, película -).

Los públicos, las audiencias, quieren ver y ver bien. Estos ciudadanos son los mismos que quieren llevar el dispositivo encima. La Visualidad emerge en los últimos años como una Visualidad Portable: quiero cine, lo quiero ahora en mi mano y con la calidad más parecida a la de la gran pantalla; quiero un vídeo clip de mi artista favorito y lo quiero ahora, sacándolo de mi bolsillo para verlo con mis colegas como si estuviésemos en la explanada del concierto, con la calidad de sonido e imagen de un “vivo”. El efecto ha sido incrementar superficie en los smartsphone e intervenir en la de los laptops.

Totalidad

El humano, como todo ser creado. es finito. No sólo en el sentido original de que mediante una operación terminal llamada muerte un día “no es”, sino en el más existencial que le impide poseerlo todo, o alcanzarlo todo, o cambiarlo todo. Ni siquiera tiene, y da un cierto último consuelo, la capacidad de destruirlo todo.

Pero lo paradójico es que se comporta como una peculiar especie que sigue unos códigos internos que le tensan hacia al infinito. La persona, siendo finita, tiende a lo que no acaba, a la totalidad que nunca tendrá. El y ella son Fausto.

Semejante ansia de infinitud, que ciertamente sólo se da en este ser vivo, tiene un particular atractivo para los que nos ocupamos de la Comunicación y la creatividad, tanto de quienes hacen dispositivos, como para los que escriben guiones o imaginan formas, figuras en movimiento y sonidos que emocionen.

El fenómeno de intercambio de conocimientos entre el que produce y el que consume ha multiplicado el tipo de dispositivos y las creaciones. Además se da un una mutua interacción. El que diseña o fabrica una phablet piensa en que hay un público interesado en disfrutar de películas en ese dispositivo. Pero cada uno de nosotros somos mensajes en el tiempo. Y los creativos, los productores de máquinas, los programadores, y todo bicho viviente que habita la Comunicación querrá descifrar ese mensaje y adaptar lo que hace para que sea aceptable y, probablemente rentable.

Para Apple – que conoce la prehistoria de los dispositivos y pudo observar las colas de semanas para adquirir el iPhone 6 Plus con pantalla de 5,5 pulgadas y 172 gramos – la apuesta ha sido fuerte y la crítica le ha premiado.

Idea fuente: buscando el hilo conductor de la Comunicación Visual de los próximos años.

Música que escucho: Better in Time, Leona Lewis (2007).

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
You need to agree with the terms to proceed

twitter facebook smarthphone
Menú