De manera extensa, incisiva y pedagógica, Financial Times (FT) ha analizado en profundidad, en los hechos de hoy, lo que califica como el fenómeno de “la polarización” en la política española que pone en riesgo la gobernabilidad. Es un virus político muy peligroso para España y toda la Unión Europea.
En su editorial -España va al limbo político-, Financial Times subraya especialmente que “la polarización política es profunda en muchas democracias de Europa occidental, pero tras estas elecciones las consecuencias en España para un gobierno estable son potencialmente más problemáticas”.
Financial Times se refiere especialmente a la responsabilidad política en estos momentos del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Española (PSOE) (bajo la tensión este último de recuperar su grandeza bajo Felipe González o convertirse en una facción personal con Pedro Sánchez con el nombre de el sanchismo.
Financial Times deplora especialmente -y es interesabte subrayarlo- que “los socialistas y el PP, los partidos dominantes desde el final del franquismo en la década de 1970, no tienen tradición de compartir el poder y con demasiada frecuencia prefieren hacer hincapié en sus desacuerdos en lugar de explorar áreas de posible cooperación”.
Financial Times explica y subraya, en tono de gaveda que “el deber! de ambos partidos ahora es “garantizar que su feroz rivalidad no agrave la incertidumbre sobre quién debe gobernar España”.
Financial Times, en una acertada mirada sobre la historia moderna de España, destaca la figura de Ramón Menéndez Pidal.
Destaca que se ha demostrado en “la divisiva campaña” lo que el historiador decía. “En España, la diferencia de opiniones degenera en una contienda de animadversión irreconciliable”. apuntó con plena acierto Menéndez Pidal.
En base a estos argumentos y subrayados, Financial Times destaca que “cuestiones tan importantes como la salud de las finanzas públicas españolas y el impacto del cambio climático en un país que sufre una ola de calor extremo se vieron relegadas por estridentes polémicas”.
Destaca la vez que, en vez de abordar debates relevantes, “los socialistas, en el poder, y el conservador Partido Popular, en la oposición, se lanzaban acusaciones mutuas sobre sus vínculos con partidos más pequeños de derecha radical, izquierda radical o regionalistas”.
Financial Times no cree probable una solución a la alemana en España no vislumbra una figura como la de Angela Merkel.
Señala que parece poco probable una “gran coalición al estilo alemán”, pero tampoco un gobierno estable de otra índole.
Financial Times avanza que “dado que el PP resultó ser el partido más numeroso, con 136 escaños en la legislatura de 350, sería acertado que el Rey Felipe VI invitara a Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, a hacer el primer esfuerzo para construir un gobierno con una mayoría parlamentaria que lo respalde”. Pero lo ve “formidablemente difícil”.
Muy importante es este editorial de Financial Times la visión sobre la extrema derecha de Vox que lidera Santiago Abascal.
Para Financial Times es una buena noticia es “el pobre resultado de Vox” por ser “positivo para la democracia española”. “Muestra que, a pesar de los recientes avances electorales de la derecha dura en países como Finlandia, Italia y Suecia, la gran mayoría de los españoles rechaza el extremismo de Vox y cuestiona su cualificación para entrar en el poder a nivel nacional“.
Financial Times destaca su denuncia del “fanatismo climático”. Insuca que “su desprecio por las leyes que protegen a las mujeres de la violencia y defienden los derechos de los transexuales lo convertirían en un socio perjudicial para el PP si Feijóo consiguiera formar gobierno”.
También Financial Times subraya que llevar el neocentralismo de Vox a un gobierno de derechas “pondría en riesgo de echar por tierra el buen trabajo que Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno socialista desde 2018, ha hecho para calmar las condiciones en Cataluña tras la declaración inconstitucional de independencia de los separatistas regionales en 2017″.
Financial Times tampoco ve fácil la alternativa de Sánchez para formar gobierno.
“Las posibilidades de mantenerse en el cargo se complican porque necesitarían el apoyo no solo de los izquierdistas radicales, sino de los partidos nacionalistas, por ejemplo en Cataluña y el País Vasco. Sánchez tendría que pagar un precio“.
Y destaca por último que “su cierta indulgencia con los separatistas catalanes y sus acuerdos ocasionales con EH Bildu, el partido sucesor del brazo político de ETA, el grupo terrorista vasco, movilizaron a muchos votantes españoles de derechas e intensificaron el ambiente de polarización política de la campaña“.
Financial Times sentencia que, tras largas negociaciones, “no puede descartarse la celebración de nuevas elecciones”. Señala que “el bloqueo político nunca es bueno para un gobierno eficiente”.