Sobre el papel, Charles Kupchan, director de Asuntos Europeos del Consejo de Relaciones Exteriores de Washington, confirmó que Barack Obama, visitará Estonia y asistirá a la cumbre de la OTAN en Gales la próxima semana para enviar lo que calificó de "fuerte mensaje" a Vladimir Putin, para que frene su incursión en Ucrania y mantenga su influencia fuera de las naciones bálticas.
Kupchan dijo que Obama mostrará su apoyo a Estonia, Letonia y Lituania -aliados de la OTAN-, tras los nuevos movimientos de las fuerzas rusas en las zonas cercanas a Ucrania. Es la segunda visita a Estonia de un presidente norteamericano, tras la estancia de George W. Bush en el año 2006.
La realidad en Washington sin embargo es bien distinta. Tanto ante Oriente Medio como Ucrania, Barack Obama pidió contención señalando además que "todavía no tenemos una estrategia". Su frase sorprendió tras la denuncia de Ucrania de una invasión, la difusión de fotografía aéreas de unidades rusas y el duro discurso en Naciones Unidas de la embajadora Samantha Power.
Curiosamente -como apuntó The New York Times-, el presidente se ha convertido en la voz más moderada de su Administración. Admirando a Bush padre, y marcando distancias con Bush hijo -la invasión de Irak sin un plan de ocupación-, el presidente duda pero muestra a la vez su desconcierto. Vladimir Putin, y es una de las paradojas de la grave crisis de Ucrania, es quien conoce mejor a Barack Obama. En medios diplomáticos de Berlín -con un seguimiento a fondo de la situación en Ucrania y sus revoluciones y convulsiones desde el fin de la Unión Soviética– se cree que Vladimir Putin hubiera reaccionado de forma distinta sin Barack Obama en la Casa Blanca.
La frase -poco afortunada- de Barak Obama se sumó a la polémica del traje beige. El tan suit (traje de color beige) del presidente no gustó a nadie y creó polémica en una día muy especial con graves focos abiertos en la escena internacional. Si en Washington se espera de un político un outfit de seriedad y respeto -traje oscuro, camisa blanca y corbata azul o roja-, el presidente lo rompió.
En Twitter la polémica fue intensa poniendo fin así a un verano de polémicas para el presidente en el que se le han criticado sus largas vacaciones y sobre todo -asunto que destacó Hechos de Hoy– el mensaje del corazón roto por James Foley para seguidamente zambullirse en el golf riendo abiertamente, y mostrándose muy feliz y distendido con sus amigos. Nadie duda de una rentrée muy severa para el presidente, que se muestra envejecido y con una popularidad seriamente zarandeada.