Antes de la cumbre de la OTAN la próxima semana, Barack Obama se reúne en Tallin con los presidente de Estonia, Letonia y Lituania. Viaja a Europa con el secretario de Estado, John Kerry. Con muchas, y muy graves, crisis importantes abiertas, Ucrania abre en canal todos los debates de la relación de Estados Unidos con la Unión Europea.
Mientras siguen los combates en el este del país, Vladimir Putin mantiene su presión y desafío. La crisis, que no cesa de crecer, y sobre la que China mantiene prudencia, centra la cumbre de este sábado del Consejo Europeo y va a influir en los nuevos nombramientos en Bruselas. En el mes de julio las tensiones desatadas por Vladimir Putin -como apuntó Hechos de Hoy– frustraron la sucesión de Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, y Catherine Ashton, Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea, la ministra de Exteriores.
De nuevo, vuelve la propuesta de nombrar jefa de la diplomacia y vicepresidenta de la Comisión Europea a la ministra de Exteriores de Italia, Federica Mogherini, que es partidaria de los equilibrios y el diálogo con Rusia. Precisamente porque la crisis es tan grave, Federica Mogherini, como pragmática y perfecta conocedora de los entresijos del Kremlin y de peso y dossier de Rusia, aparece con fuerza como sucesora de Catherine Ashton. Resulta más complejo el relevo de Herman Van Rompuy al frente del Consejo Europeo por el primer ministro polaco, Donald Tusk. En la víspera de este encuentro, la OTAN abrió la puerta a un posible ingreso de Ucrania.
El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, confirmó que Rusia ha cruzado ilegalmente la frontera en una acción no aislada que forma parte de la peligrosa maniobra de desestabilización de Ucrania que Moscú lleva practicando en los últimos meses. Hasta donde llegó esta crisis se sabe con atrocidades que no se puedan olvidar como el avión de Malaysia Airlines abatido por un misil tierra aire. Hasta dónde llega la audacia peligrosa de Vladimir Putin es cuestión para la que no tienen respuesta ni Barack Obama ni tampoco Angela Merkel.
La visita en mayo de Federica a Washington