En el día clave de las audiencias del Rey Felipe VI a Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, el presidente de Ciudadanos dejó sobre el despacho de La Zarzuela una idea que sorprendió (ver en Hechos de Hoy, Gobierno Frankenstein, la tentación de Pedro Sánchez que sorprende).
Albert Rivera lo explicó en el Congreso de los Diputados con claridad. Explicó que sólo hay la opción A y la opción B.
La apuesta ambiciosa es la de descartar a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y él mismo como presidente de Gobierno. Rivera insistió en que el escollo es Rajoy. Lo ve como el problema y no la solución aunque negó un veto personal. Pero insitió en que no genera consensos para una legislatura larga y con ambición de reformas claves para España.
Alvert Rivera está convencido del acierto que supondría un pacto de legislatura de Partido Popular (PP), Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Ciudadanos. Abogó porque esté presidido por un figura que genere consensos.
La opción B sería la de una propuesta de investidura de Mariano Rajoy, que alumbraría un gobierno débil. Anunció su abstención y reclamó la de Pedro Sánchez.
Aseguró que fuera de esos escenarios no hay solución política alguna. La única opción volvería a ser la de nuevas elecciones generales. Pero Albert Rivera advirtió sobre la gravedad para España del regreso a las urnas.