En su primera valoración de la derrota de los independentistas en Escocia, Artur Mas aseguró que no supone un paso atras para Cataluña. Posteriormente se aprobó la ley para convocar la consulta del 9 de noviembre. La ley de consultas contó con los votos de CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP.
Artur Mas lanzó así su órdago particular. Fue el comienzo de un clima de suspense. La Generalitat quiere de golpe publicar la ley y convocar la consulta para proclamar que actúa en base a su propia legalidad. El Gobierno espera a su vez estos pasos para recurrir la consulta ante el Tribunal Constitucional. Para mayor morbo político y dificultad, todo coincide con un viaje del presidente del Gobierno a China que considera muy importante por sus implicaciones políticas, económicas y comerciales. Pero a su vez Mariano Rajoy no quiere estar fuera del Consejo de Ministros cuando se den estos pasos.
No hubo sorpresas en el debate en el Parlamento de Cataluña. Pero sí hubo la intervención acerada de Albert Rivera reconociendo que no es un conflicto sólo jurídico sino político. Subrayó además que en el corazón del debate se encuentran derechos constitucionales y europeos como los de la solidaridad o la igualdad. Albert Rivera está convencido de que el desenlace de estos pulsos va a ser el de comicios anticipados en Cataluña por lo que pidió a PP y PSOE "que se pongan las pilas".
El presidente de Ciudadanos -que en las encuestas figura como la sorpresa en los comicios locales y autonómicos de 2015, insistió de nuevo al PP, que no se puede hablar sólo con la ley en la mano para enfrentarse a esta crisis en Cataluña y con Cataluña. "Éste es un mundo soñado por los independentistas. Tienen que hacer un país atractivo". avisó en mensaje. sin citar, para Mariano Rajoy. Las encuestas, como destacó Hechos de Hoy, están reflejando al laza tanto los mensajes de Albert Rivera como su liderazgo al frente de Ciudadanos.
La explicación del voto socialista
¿Por qué el PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña) votó a favor de esta ley? Buscó en su origen ser una herramienta de participación ciudadana para que las administraciones públicas y la iniciativa popular pudieran preguntar a los ciudadanos sobre cuestiones cotidianas que les afectan en el día a día.
Aunque la norma legisla sobre esto, se ha acabado convirtiendo en la ley para esgrimir que la consulta del 9-N tiene las garantías democráticas suficientes para que sea reconocida por la comunidad internacional.
El PSC apoyó la ley sin estar de acuerdo en la cuestión crítica. Concedió su apoyo porque la ve una buena herramienta para mejorar la participación ciudadana, pero avisa de que la Generalitat de Cataluña no tiene competencias para preguntar sobre la independencia. Y es la cuestión clave. El sí también le permite al PSC evitar un nueva fractura en el grupo socialista.
Son importantes los detalles para comprender el sigilo y el factor sorpresa con esta ley. La ley de consultas tiene cuatro puntos destacados: el resultado de la consulta no es vinculante; se permite votar a partir de los 16 años; la consulta debe celebrarse entre los 30 y los 60 días desde que se firma el decreto de convocatoria, y la campaña empieza el día siguiente de que el decreto se publique. En estos detalles están todas las claves.