Ricciardo resucitó a McLaren. Victoria épica del australiano por delante de Norris y segundo choque entre Verstappen y Hamilton, que abandonan. Sainz fue sexto y Alonso, octavo.
Nada fue como se podía imaginar. O de nuevo sucedió lo peor con luces rojas ya muy serias de una lucha al borde del precipicio.
Retorno a Monza
El Templo de la velocidad, como se conoce popularmente al circuito italiano de Monza, fue escenario este fin de semana del siguiente mano a mano entre Max Verstappen (Red Bull) y Lewis Hamilton (Mercedes). Y también la carrera de casa para Ferrari, una motivación extra para que Carlos Sainz intente brillar delante de los tiffosi.
Después de las carreras de los dos últimos domingos en Bélgica y Países Bajos, el intenso tríptico del final de verano se cerró en uno de los circuitos más ilustres de la Fórmula 1, al que Verstappen llegó como nuevo líder del campeonato.
El neerlandés no falló delante de su gente en Zandvoort y encaraba la decimocuarta cita del calendario con tres puntos de ventaja sobre Hamilton, quien solo ha sumado una victoria en las nueve últimas carreras y sigue esperando al triunfo que eleve a 100 su récord histórico en la competición.
El británico llegó alentado por su sobresaliente historial en Monza, donde ha logrado cinco victorias y siete poles a lo largo de su carrera. Todos esos éxitos contrastan con los tradicionales problemas en el trazado italiano de Red Bull, que no ha logrado sumar ni un solo podio en sus siete últimas visitas al trazado italiano, desde que Sebastian Vettel se proclamó vencedor en 2013.
El duelo entre los dos grandes aspirantes tuvo un poco más de picante con el formato Esprint, que repite tras su estreno en Silverstone. De este modo, el más rápido en la calificación del viernes salía primero en la carrera de 100 kilómetros del sábado, que a su vez decidía la parrilla para la carrera del domingo.
Las autoridades locales zprobaron un 50 por ciento de aforo en las gradas de Monza, cantidad suficiente para que Carlos Sainz haya sentido los ánimos a la Scuderia. El madrileño vuelve a una pista donde el año pasado estuvo a punto de estrenar su palmarés, al finalizar segundo solo por detrás del sorprendente Pierre Gasly, y aspiraba a sumar su tercer podio de la temporada.
Por su parte, Fernando Alonso ya sabe lo que es ganar en Monza (en 2007 con McLaren y en 2010 con Ferrari) y volvía a Italia de nuevo por delante en la clasificación de su compañero Esteban Ocon, al que adelantó en Países Bajos.
Fernando está mejor colocado en otra categoría, el novedoso premio al piloto que realice más adelantamientos durante la temporada, donde es segundo (76) solo por detrás de Sebastian Vettel (82).
Además, volvió a ser baja por coronavirus Kimi Raikkonen (Alfa Romeo), reemplazado de nuevo por Robert Kubica, y también fue la primera carrera para varios pilotos que esta misma semana han aclarado su futuro para 2022 como Valtteri Bottas o George Russell, quien reemplazará precisamente al finlandés en Mercedes. En cuanto al clima, el sol brilló durante todo el fin de semana con temperaturas suaves en torno a los 25 grados.
Desenlace con choque brutal
Pero sucedió lo inesperado. El piloto australiano Daniel Ricciardo (McLaren) se ha llevado este domingo una sorprendente victoria en la carrera del Gran Premio de Italia. Una cita donde el neerlandés Max Verstappen (Red Bull) y el británico Lewis Hamilton (Mercedes) se anularon mutuamente al verse envueltos en un accidente que dejó a ambos fuera de la lucha en el ecuador de la cita.
La Fórmula 1 vivía la vuelta 26 en el histórico circuito de Monza cuando el vigente campeón, que acababa de realizar su primera parada, y el actual líder, que pagó su mal paso por boxes, se encontraron en pista. Su encarnizada pelea acabó con un toque en la curva 2, después de que el holandés se subiese al piano al quedarse sin sitio, que mandó a ambos coches a la grava.
Con el Red Bull subido encima del Mercedes en una inaudita imagen, Ricciardo se quedó sin perseguidores y pudo celebrar, por delante de su compañero de equipo, el británico Lando Norris, y del finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) su octavo triunfo, el primero desde el Gran Premio de Mónaco de 2018.