El IBEX 35 reaccionó con rapidez. Vivió su mejor semana en año y medio avanzando un 3,6%. El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Central de China –Banco Popular de China (PBOC)-  han sido los dos factores de movilización. Mario Draghi mostró de nuevo cartas drásticas.

En Europa, las bolsas rebotaron por tanto con fuerza impulsadas por los bancos centrales, tras la rebaja de tipo en China y las nuevas promesas del BCE. El IBEX 35 firmó su mayor subida desde abril de 2013. El interés exigido al bono español a 10 años se replegó hacia el nivel del 2,006%, nuevo mínimo histórico. Cierre de viernes 21 positivo con prima de riesgo en 124, bono español a 10 años en 2.01 y final de sesión en verde, +3,05%, hasta los 10.520,8 puntos.

Mario Draghi fue muy contundente. Confirmó que actuará con urgencia contra el riesgo de deflación. Abrió la puerta a las compras a gran escala de bonos soberanos al asegurar con contundencia que hará "lo que tenemos que hacer para subir la inflación y las expectativas de inflación tan pronto como sea posible". A su vez China rebajó sus tipos de interés por primera vez desde 2012.

De nuevo los mensajes fueron muy importantes. Avanzaron además en una única dirección tras la cumbre en Australia del Grupo de los Veinte (G-20). El BCE actuará cuanto antes para situar la inflación más cerca de su objetivo (2%).

El IBEX 35 se desperezó así de la presión política -el debate de Cataluña y la irrupción de Podemos– con fortaleza en Europa con mejor sesión desde abril de 2013. Fue una subida del 3,05%, hasta los 10.520,8 puntos, acabando la semana con una revalorización del 3,67%. En el año, la apreciación del IBEX 35 alcanza ya el 6,09%. En el resto de Europa, el DAX alemán y el CAC francés ganaron un 2,6%; el MIB italiano avanzó un 3,8%; el FTSE británico ganó un 1% y Eurostoxx se anotó un 2,9%.

Mario Draghi, en esfuerzo que valoran los analistas -como ha destacado Hechos de Hoy– reaccionó  de nuevo mostrando la importancia del encaje de medidas ante riesgos de deflación, así como el examen continuo de previsiones de IPC que son muy bajas con perspectivas que descartan una mayor recuperación. Sus críticos, que no faltan en Alemania, aunque el negó un debate entre Norte y Sur en  el BCE, tienen que admitir al menos su coraje y empeño personal en la difícil gestión de la que es la Reserva Federal de Europa.