Por activa y por pasiva, en todos los errores cometidos por Mariano Rajoy en sentarse sobre los problemas, o meterlos debajo de las alfombras en La Moncloa, actuó al menos de gallego al insistir a todos sus colaboradores en no mentar el artículo 155, es decir, la suspensión de la autonomía de Cataluña.
Pero fue el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo,el más locuaz, y verso libre en lo bueno y en lo malo, quien armó un lío fenomenal al fundir los plomos en plena tormenta. Si Mariano Rajoy -según informaciones de Hechos de Hoy- sopesaba su nombre en la larga lista de los posibles sucesores de Ana Botella, simplemente lo tachó.
Desmentir al ministro desde el Gobierno se dejó en manos de su rival o competidor en entrar en charcos, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Desde Washington replicó con la confesión sorprendente de que es él precisamente -y no otros en referencia a Margallo– quien está en el círculo de hierro de La Moncloa. Dijo que el presidente “en ningún momento me ha hablado de suspender la autonomía de Cataluña, ni me lo ha dicho a mí ni se lo he oído decir a nadie”. El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, echó un capote al ministro de Exteriores apuntando que el Gobierno “actuará de manera proporcional y equilibrada”.
Interesante anotar que en el torrente de declaraciones, Rosa Díez fue la única en apoyar al ministro señalando afirmando que "un Estado de Derecho no puede permitir que nadie incumpla la ley”. Es una “línea roja”. aseveró, mostrando también que ha surgido un nuevo entendimiento personal entre ella y el presidente con el horizonte de los comicios locales de 2015.
Por su parte Mariano Rajoy, en el Pleno del Congreso, habló por primera sobre los casos de Escocia y Cataluña. "Todo el mundo en Europa cree que estos procesos son enormemente negativos porque producen más recesión económica y más pobreza para todos", dijo el presidente. "Es un torpedo en la línea de flotación de la integración europea", recalcando que "Europa se hizo para integrar estados, no para desintegrarlos". Contestó así al portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien le preguntó si el Gobierno va a "facilitar la integración" de Escocia en la Unión Europea.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en respuesta al diputado de CiU, Pere Macias, insistió en que el derecho de autodeterminación no está recogido en la Constitución española y prácticamente en ninguna otra. Recordó que "democracia es votar, pero también respetar lo votado".
"Lo que piden ustedes es contrario a la Constitución y también a su Estatuto", fue su respuesta. En explicaciones a Amaiur, finalmente el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo dijo que la "secesión de Escocia sería mala para ellos mismos, para España y para la Unión Europea". En vísperas del referéndum en Escocia, todas las miradas sobre lo que pase en el Reino Unido, asunto de primer orden para la Unión Europea pero sobre todo para España.