Si algo ha hecho la tecnología es cambiar la forma de vida de muchísimas personas. Se ha pasado de la SIM a la micro SIM y posteriormente a la nano SIM. Se prevé que próximamente se produzca la llegada de la eSIM en 2017, lo que producirá el fin de las tarjetas físicas externas y en su lugar los teléfonos inteligentes ya incorporarán el chip correspondiente.
Un cambio que, por una parte, ahorrará los costes derivados de su fabricación y la fabricación de los slots correspondientes en los teléfonos inteligentes, pero que también supondrá modificar algunos otros puntos, probablemente más interesantes que este anterior.
Ya se dieron algunos pasos en dicho sentido y durante el año pasado se tuvieron os más importantes de la mano de Telefónica y Apple. La primera de ellas, con su operador de telefonía Movistar, mostraba un avance de esta tecnología en el Mobile World Congress. La segunda, mantiene ya operativa su eSIM en los últimos iPad, aunque con un servicio que es válido únicamente en los Estados Unidos.
Como se adelantó, el cambio es más que evidente y se dejará por tanto de usar una tarjeta física externa, y el chip irá directamente incluido en los teléfonos inteligentes y tabletas. Esto, evidentemente, controlado con un software -o más bien, un firmware- que contenga la información sobre los operadores de red y sus perfiles correspondientes, así como el vínculo directo a los planes del operador vía Internet.
Es decir, no se estará vinculado a un operador por la tarjeta SIM, luego se eliminarán los retrasos en la portabilidad y migración, además de que se evitarán los cambios de la SIM física por modificaciones en la infraestructura del operador, algo que recientemente ha ocurrido con los clientes de Pepephone o Symio por la evolución en favor de la telefonía móvil 4G.
Los usuarios tendrán más fácil la contratación, directamente desde sus dispositivos móviles y sin acudir a un establecimiento físico, de cualquiera de los planes disponibles en el país en que se encuentren. Ahora bien, también dará la posibilidad de imponer límites o restricciones SIM-lock para itinerancia o la compatibilidad fuera de un mercado determinado.