Hace dos años Alberto Rodríguez presentó en Zinemaldia La isla mínima en la que su protagonista, Javier Gutiérrez se alzó con la Concha de Plata al mejor actor, y meses después el film se convertiría en el gran triunfador de los Goya.
Ahora regresa al a competición donostiarra con El hombre de las mil caras que se centra en la figura de Francisco Paesa, uno de los personajes más fascinantes de las últimas cuatro décadas de la Historia de España.
El director que ha escrito el guión junto a Rafael Cobos ha tomado como referente el libro Paesa: El espía de las mil caras del periodista Manuel Cerdán, el primero que logró entrevistar a Paesa después de fingir su muerte en el año 1998.
Eduard Fernández interpreta al espía y le acompañan Carlos Santos, José Coronado, Marta Etura, Emilio Gutiérrez Caba y Luis Calleja. La expectación ha sido enorme, por sus implicados y por los hechos recreados y la respuesta de la crítica ha sido de lo más cálida sobre todo por la capacidad que ha tenido Rodríguez para decir que España no ha cambiado nada en estos años.
Eduard Fernández también ha cosechado muchísimos elogios y aspira a llevárselo todo en la temporada de premios a nivel patrio, y yo no me cansaré de pedir que le hagan un monumento.
A Paesa se le dio por muerto en 1998 y en el 2004 se supo que seguía con vida pero su pista desapareció y, aunque no tiene causas pendientes en España, se mantiene en la sombra. Sobre su decisión de dejar el país en el año 2000, contó en Vanity Fair que no soportó que se juzgara al general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo por el caso Lasa y Zabala, las primeras víctimas de los GAL.
“Era el tío más condecorado de España y lo condenaron por un etarra…”. De los expolicías, José Amedo y Michel Domínguez, también condenados por ello, añade que eran “incontrolables” y que solo conoció al primero en un prostíbulo bilbaíno: “Mostró el pistolón” en el cinto y gritó: “Yo soy el GAL”.
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