Primer aviso de Isabel Perelló, la juez vetada por La Moncloa como informó Hechos de Hoy, en su primer discurso ante el Rey, en el acto de Apertura del Año Judicial, como nueva presidenta del Poder Judicial (Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial). Isabel Perelló reivindicó “la importancia de salvaguardar la independencia judicial frente a posibles injerencias externas”.
El Rey Felipe VI presidió la apertura del Año Judicial 2024-2025 en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo. Durante el acto, intervino Isabel Perelló y el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz -presentó la Memoria anual del Ministerio Público correspondiente al 2023-. Un discurso de Isabel Perelló que el Rey escuchó con atención y valoró. Isabel Perelló no defraudó mostrando que ser conservador o progresista nada tiene que ver con el sectarismo, el insulto y la descalificación que lanza La Moncloa de Pedro Sánchez para quien piende lo contrario o tenga sensibilidades diferentes.
El Rey no quiso opacar la figura de Isabel Perelló. Respetó la trascendencia de sus palabras, muy claras para los actuales tiempos políticos. No hizo falta añadir nada más.
Isabel Perelló destacó que su nombramiento “es un paso más en el paulatino proceso de reconocimiento de la importante labor de las mujeres en la Administración de Justicia a todos los niveles”. “Recibo, por tanto, este nombramiento como un reconocimiento a todas las mujeres que trabajan en la Administración de Justicia cualesquiera que sean las funciones que desarrollen”.
En su discurso destacó que “es esencial que el Consejo General del Poder Judicial asuma la tarea que le corresponde de proveer las vacantes existentes con rigor, transparencia y respetando estrictamente los principios de mérito y capacidad”. “Tenemos la obligación de garantizar que el sistema de selección de magistrados nos lleve a la elección de los mejores profesionales”.
Isabel Perelló afirmó “ningún poder del Estado puede dar indicaciones ni instrucciones a los jueces y magistrados sobre cómo han de interpretar y aplicar el ordenamiento jurídico”. “Solo aquellos Estados en los que la división de poderes está garantizada son realmente Estados de Derecho. De ahí la importancia de salvaguardar la independencia judicial frente a posibles injerencias externas”.
“En derecho la discrepancia es posible, habitual, incluso podría decirse que es inherente al debate jurídico. Pero críticas y discrepancias nada tienen que ver con la descalificación o el insulto. Quiero expresar mi apoyo a todos los jueces de este país: Podéis contar con el respaldo del Consejo General del Poder Judicial. Podemos sentirnos orgullosos por la labor que desempeñáis cada día con vocación y entrega en condiciones, que, por lo general, son muy precarias”.
A la vez destacó la importancia de la actualización de conocimientos de los jueces.
“La debida impartición de justicia requiere que quienes están al frente de los juzgados y tribunales tengan los conocimientos técnicos necesarios que exige su importante función y para ello, dada la permanente renovación del ordenamiento jurídico, es preciso realizar un esfuerzo para mantener los conocimientos actualizados. Este esfuerzo que se exige a la magistratura debe tener un apoyo institucional”.
“Especialmente, no puedo dejar de reconocer la excelente labor de mis compañeras y compañeros del Tribunal Supremo que en una situación muy difícil, con motivo de las bajas no cubiertas, han seguido prestando sus servicios, redoblando el esfuerzo para que la crisis del Tribunal Supremo, no arrastrase peores consecuencias para los ciudadanos”.
“En esta nueva etapa que se inicia quiero hacer un llamamiento a las diferentes fuerzas políticas y a los poderes del Estado para respeten el trabajo que los jueces y magistrados realizan. Las posibles irregularidades que pudieran producirse en el ejercicio de la función jurisdiccional tienen sus propios mecanismos de corrección a través de las vías de impugnación previstas en las leyes procesales”. “Este llamamiento no significa que debamos ser inmunes a la crítica, que, precisamente, nos ayuda a mejorar; pero sí apela a la necesidad de evitar ataques injustificados, que pueden llegar a socavar la legitimidad y la reputación de la Administración de Justicia o de sus integrantes”.
“Los jueces y juezas de este país hemos seguido trabajando con total entrega en la aplicación de la ley frente a cualquiera y en cualquier circunstancia, porque en un Estado democrático y de Derecho nadie está por encima de la ley”. “Estoy convencida de que, en el Tribunal Supremo, siempre trabajaremos para conseguir que nuestro esfuerzo se traduzca en un progreso tangible y en una justicia, mejor, más rápida, eficaz y accesible para todos los ciudadanos”, sentenció.