El tenista español Rafa Nadal está a las puertas de las semifinales de las Finales de la ATP, que reúnen en el O2 Arena de Londres a los ocho mejores del año hasta este domingo, después de deshacerse con más facilidad de lo esperado del escocés Andy Murray por 6-4, 6-1.
De este modo, Nadal sumó su segunda victoria dentro del Grupo Ilie Nastase, un triunfo, el 60 de la temporada, que le sitúa en muy buena posición de asegurarse un puesto entre los cuatro mejores. Tras su victoria ante Stanislas Wawrinka y ante el segundo favorito, ambas en dos sets, sólo una victoria de David Ferrer en dos parciales ante el suizo le privaría de cerrar ya su billete y tomarse con más tranquilidad su duelo final con el alicantino.
El exnúmero uno del mundo se impuso con más facilidad de lo esperado al escocés, al que acabó por desquiciar con un juego que fue de menos a más y que terminó por neutralizar al británico, incapaz de encontrar la fórmula para reaccionar a la pérdida de la primera manga.
Y si bien Murray facilitó el trabajo a su rival con casi una treintena de errores no forzados (29, 16 de ellos en el segundo set), también tuvo mérito un Nadal muy sólido desde el fondo de la pista para aguantar las embestidas del escocés, privado de su saque, y que fue poco a poco perdiendo el control del partido por la agresividad del español, muy firme primero con el revés a dos manos y luego muy acertado con su drive.
Sin embargo, las cosas no comenzaron bien para el español, que cedió el primer juego con su saque, lo que hacía presagiar las dificultades que inicialmente estaban en el guión de este enfrentamiento, y que no se cumplieron porque, pese a no meter muchos primeros, el pupilo de Toni Nadal no dio ninguna concesión más en todo el partido. Además, el británico no fue capaz de sacar partido a esta ventaja y entregó su primer servicio también para igualar las cosas.
Ambos evitaban en los primeros compases sus mejores armas. Nadal prefería jugar al drive de su rival y este al revés de dos manos, pero con el paso de los minutos, el quinto cabeza de serie en el O2 fue subiendo el nivel y variando su táctica para convertirse en el dominador pese a los esfuerzos del luchador británico.
Esto, ayudado porque Murray no podía imponer su ritmo por su pobre porcentaje de primeros, hizo que el nueve veces campeón de Roland Garros tuviese opciones en casi todos los juegos al resto. Andy resistió dos 15-40 adversos en el sexto y octavos juegos, pero no en el décimo cuando entregó un 0-40 que no desperdició Nadal para llevarse el set.
A partir de ahí, y de un modo inesperado, el número dos del mundo se vino abajo y alargó su carrusel de errores no forzados del final del primer parcial en el inicio del segundo. Dos dobles faltas seguidas ayudaron a que el español rompiese a las primeras de cambio para ponerse 2-0 y los fallos de Murray no cesaron, circunstancia no desaprovechada por el manacorí para seguir martilleándole con el drive y cerrar, con una nueva rotura en el sexto juego, su segunda victoria, muy meritoria, en Londres.