La masacre de Las Vegas de la pasada noche del domingo es la más terrible de la historia actual de Estados Unidos. El número de fallecidos asciende por momentos y llega ya a 58 además de unos 600 heridos, muchos de ellos en estado muy grave.
Un hombre disparó indiscriminadamente sobre las diez de la noche del domingo desde la planta 32 del hotel-casino Mandalay Bay sobre los 22.000 asistentes al "Route 91 Harvest". Un festival de música country que se celebra cada otoño en un recinto al aire libre, en el famoso Strip de Las Vegas, prácticamente enfrente del hotel, a 350 metros de las dos ventanas de la suite 135 que ocupaba desde hace cuatro días.
En los vídeos se escuchan tres largas ráfagas de fusil que fueron matando a las personas que cayeron "como moscas", en palabras de un testigo. "Huimos pisando y saltando por encima de los muertos", comentó todavía aterrorizado ante las primeras cámaras de televisión en llegar al lugar de la masacre.
Según el FBI, el autor de los disparos realizados desde la planta 32 del hotel-casino Mandalay Bay se llamaba Stephen Paddock, de 64 años y residente en Mesquite, a unos 150 kilómetros de Las Vegas. Su padre fue ladrón de bancos. El FBI asegura que no tenía ninguna conexión con organizaciones terroristas internacionales. Así lo dijo Aaron Rouse, agente del FBI, a preguntas sobre una reivindicación de ISIS de la matanza.
Según la agencia de propaganda de Estado Islámico, Amak, Paddock se habría convertido recientemente al Islam para convertirse en un soldado de ISIS. La noticia fue desde el primer momento tratada con mucho escepticismo ya que no sería la primera vez que Amaq reclama muertes que nada tienen que ver con ISIS.
Hasta hace unos meses, como recuerda Jason Burke, corresponsal de The Guardian en África y autor de un libro sobre Estado Islámico, estas reivindicaciones de autoría solían ser muy elaboradas y documentadas con vídeos, fotos e incluso testimonios de familiares o amigos del asesino. Sin embargo, después de varias falsas atribuciones, como el del tiroteo en una sala de fiestas en Filipinas del pasado mes de junio, los investigadores prácticamente descartan la relación de Paddock con Estado Islámico.
Sobre todo, porque Paddock, como señala Burke, se suicidó en la habitación del hotel momentos antes de ser detenido o abatido por los SWAT. Paddock no tenía antecedentes penales. El suicidio es un terrible pecado para el Islam, otra cosa es el atentado suicida de los "mártires" contra "infieles".
Además del cuerpo de Paddock, los agentes hallaron diez rifles en la habitación del hotel. "Ha sido un arma y un hombre de destrucción masiva. Esto no es un caso que tenga que ver con política. Es un acto de odio llevado a cabo por un lunático", comentaron los agentes en la rueda de prensa en Las Vegas.
"Ahora nuestra máxima urgencia es que donen sangre. ¡Necesitamos sangre!", insistieron ante la petición de los hospitales en los que cerca de 600 personas luchan por su vida.
