La española María Pérez ha logrado otra medalla de chocolate para la marcha española al acabar cuarta en la final de los 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos, disputada en el circuito urbano de Sapporo, en la que la italiana Antonella Palmisano se colgó la medalla de oro.

María Pérez García, vigente campeona de Europa, concluyó a tan solo 8 segundos de la china Hong Liu, campeona del mundo y que no pudo revalidar su victoria de Río de Janeiro, pero que se impuso en la pugna por el bronce. La plata fue para la colombiana Sandra Arenas.

Las otras españolas Raquel González y Laura García-Caro, que tuvo problemas con la técnica y recibió una penalización de 2 minutos, ocuparon las plazas decimocuarta y trigésimo cuarta.

El cuarto lugar de Pérez se une a los otros cuartos de Álvaro Martín y Marc Tur en los 20 y 50 kilómetros marcha de estos Juegos de Tokio 2020, un hito para esta especialidad del atletismo en España y que coronó el veterano Jesús Ángel "Chuso" García Bragado al disputar sus octavos Juegos a sus 51 años.

Con cuatro diplomas, los de María Pérez, Álvaro Martín y Marc Tur, cuartos, y el sexto de Diego García Carrera, la marcha española se marcha de Tokio 2020 reforzada como una potencia mundial y que recoge el relevo de los Jordi Llopart, Josep Marín, Paquillo Fernández, García Bragado y María Vasco, bronce en los Juegos de Sydney.

Pérez no pudo emular a María Vasco, aunque se quedó a un paso. La campeona continental en Berlín en 2019 anduvo siempre en el grupo delantero, primero acompañada de una valiente Raquel González, y más tarde, cuando Antonella Palmisano aceleró el ritmo en el kilómetro 15 y medio, en solitario para pelear la medalla.

La de oro estuvo clara para Palmisano, que celebró su 30 cumpleaños con la corona de campeona olímpica, y la plata, para la colombiana Arenas. La penalizaciones a la china Yang y a la brasileña Erica Sena, que marchaban segunda y tercera, abrió la posibilidad de luchar por el podio para Pérez.

El pulso por cosechar la merecida medalla para la marcha española en Tokio se lo jugó con la ya excampeona olímpica Liu, al borde de la penalización con dos amonestaciones. La pupila de Daniel Jacinto apretó el ritmo para provocar un cambio en la marcha de Liu y subir a ese ansiado podio.

No pudo ser. Pérez y la marcha española se quedaron con ese regusto amargo de otra medalla de chocolate, pero con un luminoso futuro con el que alumbrar el camino hacia París 2024.