Ha sido el cascarrabias “jefe” Antúnez en Camera Café, ahora Luis Varela regresa a la televisión con Bienvenidos al Lolita, la nueva serie de Antena 3 en la noche de los martes. Lleva toda la vida sobre un escenario, en platós de cine, en salas de doblaje y estudios de televisión. Como él mismo asegura momentos antes de comenzar la entrevista con Hechos de Hoy, está haciendo lo que más le gusta: interpretar. Lo que peor ha llevado durante el rodaje de la serie ha sido como el mismo comenta: “los madrugones”.

– ¿Vivimos tiempos complicados?

– Un actor vive siempre en el abismo. Pero no me quejo ya que todos los trabajos tienen su riesgo. Lo peor es no tener trabajo y tener que sacar adelante una familia. Yo soy el primero que tengo que dar gracias a Dios todos los días por tener trabajo y a mi edad… Soy un afortunado.

– ¿Cómo definiría esta serie?

– Debo reconocer que me ciega la pasión. Es original y muy alegre; aunque también tiene tintes de drama y además cuenta con excelentes números musicales… lo tiene todo; pero es diferente a todo lo que he hecho hasta la fecha. Es original. ¿Se puede pedir más? Lo tiene todo. Podrá tener algún defecto pero aburrir seguro que no.

– ¿Es Bienvenidos al Lolita un bocado de realidad?

– Está ambientada en estos tiempos de crisis y es muy actual. También es un retrato del mundo del cabaret. Mi personaje al comienzo le puede el afán de negocio; pero poco a poco y a medida que va conociendo a la troupe va cambiando sus ideas.

– Como en el musical, ¿es la vida un cabaret?

– Desde luego. Hay un auténtico paralelismo.

– ¿Su personaje?

– Es una joyita y a veces complicado. Es tierno; pero borde a la vez.

– ¿Es un gruñón prepotente como Gregorio Antúnez de Camera Café?

– No, aquel era un cascarrabias con humor, algunas veces rayando en el esperpento y la exageración. Aquí, Don Luis es un borde; pero que a veces resulta simpático. No quiero adelantar acontecimientos; pero el cariño que ve en los que trabajan en el Lolita, le van a hacer ver la vida de manera diferente.

– ¿Cómo espera que acepte la serie la audiencia?

– No tengo una bolita mágica; ni poseo artes adivinatorias pero es una serie hecha con cariño y con calidad. Además hay un amplio reparto de actores, unos veteranos y otros noveles que hacen una mezcla atractiva.

– Alguien como usted, que hasta ha puesto clavos en algún que otro escenario, ha vivido los tiempos gloriosos del cabaret, ¿se van a reflejar en esta serie?

– Se acerca mucho, sobre todo en la forma de ser del mundo del espectáculo. Eso no se puede contar, se tiene que vivir.

– ¿Le ha afectado como actor la crisis?

– Como le digo, tengo que dar gracias a Dios porque el trabajo no me falta. Al margen de esta serie, llevo más de 20 años trabajando en el Teatro de la Zarzuela. Ahora estamos con La del manojo de Rosas. Es un género que sigue contando con una muy buena aceptación por parte del público. Es un género muy nuestro. También he trabajado a las ordenes de Antonio del Real en El clavo de oro. Se trata de una película para televisión en la que intervienen más de 60 actores entre los que se encuentran Juanjo Artero, Emilio Gutiérrez Caba, Jesús Olmedo, Lola Marceli, Alejandro Tous y Cesáreo Estébanez, entre otros. Además en marzo hice una película de Tirso Calero, Blockbuster, preciosa.

– Lleva toda una vida en televisión…

– Estuve en los primeros teatros que se hacían en TVE. Recuerdo un espacio que se llamaba Teatro del aire. Era en directo y mi primera obra fue El cartero del Rey de Rabindranath Tagore y en ella estábamos los niños Conchita Goyanes y Luisito Varela… Si la memoria no me falla fue mi primer trabajo en televisión. Ha llovido mucho. Desde 1956 qué no habré podido hacer.

– ¿Ha cambiado mucho la forma de hacer televisión?

– Todo ha cambiado, incluso la sociedad. En televisión básicamente es lo mismo, pero ahora, son muchas horas y mucho estudiar… Cuando te metes en una serie ya sabes que es dedicación absoluta. Los madrugones es lo que peor llevo. De todas formas, debo decir que cuando no había tantos recortes presupuestarios también nos pegábamos unas buenas panzadas de horas.

– ¿No ha perdido la ilusión?

– A menudo me dicen que qué bien se lo pasan los actores, que si siempre de fiesta, que si… La verdad es que esta profesión es muy dura y tienes que amarla mucho porque sino no se puede aguantar. Somos especiales porque amamos mucho nuestra profesión.

– ¿Echa algo de menos?

– El que ya no se hace teatro en televisión. Eso es una pena. Con ese archivo que hay en TVE se podría hacer una programación muy bonita y el público joven podría conocer a todos esos autores. Soy de la opinión de que si de algo podemos presumir en España es de los actores que hemos tenido y tenemos.

– Eso lo dice usted como actor, ya qué hay algunos políticos que no ven a los actores con buenos ojos.

– A mi eso no me preocupa ni lo más mínimo… yo a lo mío.