Un logro de máximo calado e importancia porque un divorcio duro y una pila de platos rotos a ambos lados del Canal de la Mancha nunca fue una opción ni estuvo en la hoja de ruta de Ursula von der Leyen (62 años, doctora, madre de siete hijos, exministra de Defensa y excelente CEO de manos a la obra).
Las negociaciones de la Unión Europea y del Reino Unido entraron en los detalles finales en la madrugada de esta Nochebuena. Son los pilares del Tratado Comercial UK-UE tras el Brexit. Es el acuerdo que nacerá tras dejar de aplicarse la legislación comunitaria en territorio británico.
El portavoz jefe de la Comisión Europea, Eric Mamer, en breve declaración, confirmó que "el trabajo del Brexit continuó durante toda la noche" y recomendó "a todos los observadores del Brexit que duerman un poco", con la esperanza de que hubiera novedades "temprano".
El ministro británico de Comunidades, Robert Jenrick, admitió sentirse "razonablemente optimista" sobre las perspectivas de que su país pueda alcanzar un acuerdo con la Unión Europea.
Este impulso en la negociación supuso la implicación directa de Johnson y Von der Leyen. Una intensiva fase de contactos para confirmar un pacto antes de que termine la fase transitoria este 31 de diciembre.
"Las serias áreas de desacuerdo son las mismas, ya sea sobre pesca o sobre competencia justa. Estamos trabajando sobre esos problemas, nuestros negociadores continuarán los contactos", declaró Jenrick a la cadena Sky News. "El primer ministro ha sido muy claro de que seguirá negociando hasta el final, que es el 31 de diciembre, porque es lo correcto, es lo que espera el pueblo británico, pero en este momento no hay un progreso significativo", señaló.
Según avanzó Financial Times (FT), "el acuerdo preservará el comercio de mercancías entre la Unión Europea y el Reino Unido libre de aranceles", y también "abarcará cuestiones como la cooperación policial y de seguridad y preservará el mercado energético transfronterizo, pero hará poco por el sector de los servicios".
En el apartado de la pesca, el acuerdo incluye un período de transición de cinco años y medio. Los barcos de la Unión Europea tendrán acceso garantizado a las aguas del Reino Unido. Los derechos de pesca de la Unión Europea se reducirán en un 25% en comparación con ahora, y aumentarán las capturas británicas en sus propias aguas de la aproximadamente la mitad actual a unos dos tercios durante la transición.
El acceso a las aguas después de que expire el período de transición, alrededor del décimo aniversario de la votación del Brexit de junio de 2016, dependerá de negociaciones regulares.
