El Banco Central Europeo (BCE) celebró la reunión más crítica para la política monetaria europea desde al menos 2020.

El BCE ha decidido elevar 50 puntos básicos los tipos de interés hasta el 3,5% como adelantó en reuniones precedentes. Durante la conferencia de prensa posterior al consejo, la presidenta de la autoridad monetaria, Christine Lagarde, ha repasado las cifras macroeconómicas que maneja para la Zona euro (anteriores a las turbulencias bancarias) y ha mandado un mensaje al sistema financiero, Aseguró que institución tiene herramientas para “asegurar la estabilidad de precios y la estabilidad del sistema financiero”.

El colapso de Silicon Valley Bank y la situación de Credit Suisse, que ha precisado de una inyección de 50.000 millones del banco central suizo, han contagiado al sector bancario europeo, amenazando con una crisis a mayor escala. Christine Lagarde y el resto del consejo de gobierno recordó el mandato de la institución de mantener la inflación en torno al 2%, al tiempo que se compromete usar todos los “instrumentos y herramientas” a su alcance para mantener la estabilidad financiera en la eurozona “si fuera necesario”.

En el comunicado que acompaña a la decisión de elevar los tipos de interés, el Banco Central Europeo señala que está haciendo “un atento seguimiento de las actuales tensiones en los mercados” y está preparado para “responder como resulte necesario a fin de mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro”. Pero más allá de lo que dice el comunicado, también es destacable lo que no dice. El Banco Central Europeo ha optado por eliminar del comunicado su intención de realizar nuevos incrementos en las tasas de interés.

Un jueves crítico

Las Bolsas de Europa, tras las dudas iniciales por la decisión del Banco Centgral Europeo y los mensajes de Lagarde, y animadas por el respaldo de Suiza a Credit Suisse, han recuperado parte de lo perdido en la sesión del miércoles. El IBEX 35, en una sesión muy volátil, ha sumado un 1,50% hasta los 8.890,20 puntos, con el apoyo de Inditex y pese al signo mixto de la banca.

Las Bolsas de Europa han cerrado con sólidos avances en una jornada en la que Credit Suisse y el Banco Nacional de Suiza han robado parte de protagonismo al Banco Central Europeo.

La crisis de Credit Suisse entró, desde el miércoles, en una nueva dimensión. Las alertas activadas desde la caída de Silicon Valley Bank, las “debilidades materiales” detectadas en sus cuentas y la negativa de su principal accionista a realizar más aportaciones para reforzar su balance desataron una espiral bajista que llegó a derrumbar hasta un 30% sus acciones. Ante la magnitud del vendaval bajista generado en todo el sector bancario europeo, y el temor a una fuga masiva de depósitos en Credit Suisse, la entidad acabó pidiendo ayuda al Banco Nacional de Suiza. De madrugada se conoció que la petición de liquidez asciende a 50.000 millones de euros.

Este colchón de liquidez ha permitido frenar las ventas de pánico desatadas el miércoles en la cotización de Credit Suisse, y de paso, rebajar un clima de tensión y nerviosismo en los mercados que había llegado a cuestionar la estabilidad financiera en Europa. Las acciones de Credit Suisse han rebotado casi un 20% en la sesión de este jueves. Pero como apuntan los analistas, aunque la ayuda a Credit Suisse mitiga las alertas, “la situación sigue siendo incierta”.

Sin perder de vista al banco suizo, los inversores albergaban dudas sobre la magnitud de la subida de tipos que aprobaría el Banco Central Europeo. El repunte final ha sido de 50 puntos básicos, en línea con el guión previsto antes de las alertas financieras.

Tras elevar los tipos al 3,50%, el BCE y posteriormente su presidenta, Christine Lagarde, han mostrado su predisposición a intervenir si fuera necesario por una escalada de las tensiones en el sistema financiero, y al recordar que cuenta con “todos los instrumentos” para proporcionar apoyo al sector. Lagarde ha evitado hablar de los próximos movimientos, limitándose a subrayar que dependerán de los datos.

El IBEX 35 ha logrado cortar la avalancha de ventas sufrida en la sesión del miércoles, la peor en 16 meses, con un castigo final del 4,37%. La volatilidad ha seguido siendo muy elevada, con varios cambios de rumbo durante la jornada. Cerró finalmente con un alza del 1,50% en los 8.890,20 puntos.

El interés del bono estadounidense a diez años ha bajado cerca de 50 puntos básicos en poco más de una semana, al pasar del 4% al 3,54%. En Europa, tras la decisión del BCE, la rentabilidad exigida al bund alemán se sitúa por debajo del 2,30%, y la del bono español a diez años, en el entorno del 3,30%.

La tormenta financiera causó estragos también en el mercado de divisas, con el euro y el franco suizo como principales damnificados. El temporal ha amainado. Abrió la puerta al rebote en la cotización del euro, que supera el nivel de los 1,06 dólares. El franco suizo también recuperó terreno. Lo mismo con la libra esterlina, que cotizó por encima de los 1,21 dólares.

Las alertas financieras y el pesimismo económico han sacudido el mercado del petróleo. El barril de Brent sube hasta los 74 dólares. El barril de West Texas se cambia a 68 dólares. El oro se repliega hacia el nivel de los 1.920 dólares la onza. El bitcoin en los 25.000 dólares.