En los hechos de hoy, un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que la US Navy comenzó a escuchar al sumergible Titán inmediatamente después de que la pequeña nave perdiera comunicación con la nave nodriza, aproximadamente una hora y 45 minutos después de su misión el domingo 18 por la mañana.
El funcionario dijo que el sistema de detección acústica de alto secreto de la Marina detectó sonidos que eran consistentes con una explosión o una implosión cerca de donde se encontró el Titán el jueves. La Marina pasó esa información a la Guardia Costera que continuó su búsqueda. La Marina no consideró que los datos fueran definitivos.
Según La Marina, la información se compartió inmediatamente con las autoridades a cargo de la misión de rescate. Decidieron continuar con la búsqueda para tratar de salvar las vidas de los cinco tripulantes según The Washington Post.
Este jueves, la Guardia Costera anunció que los “escombros” encontrados horas antes cerca de la zona donde se hallan los restos del Titanic corresponden a la parte externa del sumergible Titán, desparecido desde el domingo con cinco personas a bordo mientras realizaba una expedición para ver las ruinas del famoso transatlántico. La empresa dueña del sumergible, OceanGate, confirmó el fallecimiento de los tripulantes minutos antes del anuncio de la Guardia Costera.
Robert Murrett, profesor de la Escuela Maxwell de la Universidad de Syracuse, dijo sobre la detección de la implosión por parte de la US Navy que esa información “es útil a la luz de la confirmación que recibimos hoy, pero no habría sido suficiente para suspender el operativo de búsqueda y rescate, en todo caso hubiera servido para ajustar el área de búsqueda”.
En el vehículo viajaban el empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman, estudiante de 19 años; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush.
En la búsqueda participaron efectivos y recursos de Estados Unidos, Canadá, Francia y el Reino Unido, con aviones, embarcaciones y drones submarinos.
La misión de bajar a ver los restos del barco, hundido en 1912 tras colisionar con un iceberg, tenía que haber durado diez horas. La empresa OceanGate Expeditions era la dueña y operadora del sumergible, empleado para llevar a cabo expediciones en aguas profundas.