Alejandro González Iñárritu volvió a convertirse en un referente en el mundo del cine. Ya había demostrado en sus anteriores trabajos un talento innato para crear historias potentes, visualmente arrolladoras y argumentativamente sólidas. Amores perros (2000), 21 gramos (2003) y Babel (2006), son algunos ejemplos de ello.
Con Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance) (2014), Iñárritu da un giro a su carrera, tanto en forma como en fondo y consigue una película de altísima calidad. Una dirección maravillosa, tanto a nivel de cámaras como de actores y una fotografía preciosa a cargo de Emmanuel Lubezki. Y de esa forma logra su primer premio Oscar a Mejor director, merecido por lo demás.
Con su última película, The revenant (2015), Alejandro González Iñárritu ha tocado el cielo. Poseedora de una fuerza visual sublime, una fotografía impresionante a cargo nuevamente de Lubezky y una dirección excepcional, la convierten en posiblemente la mejor película del año. Tiene algunas de las escenas más impresionantes que se han rodado y seguramente pasará a la historia del cine como una de las apuestas más arriesgadas y complejas, pero sorteada con éxito.
Se aprecian influencias de Terence Malick o incluso de la cinta soviética Masacre, ven y mira (1985) de Elem Klimov, y en ese sentido se disfruta y se saborea lentamente, pero sin perder el interés en ningún minuto, gracias a un buen y correcto montaje. La banda sonora, a cargo de Carsten Nicolai y Ryûichi Sakamoto, es en todo momento acertada y juega un rol importante en cada una de las escenas.
The revenan muestra lo peor de las personas. Seres sin honor, impulsados y motivados por el interés personal, que no dudan en matar si es necesario, carentes de toda empatía y salvajes en el sentido literal de la palabra. Todo ello es reflejado en esta película, que como dije anteriormente es posiblemente la mejor del año. El duelo final refleja la brutalidad de nuestros actos como especie. La venganza y la ira como motivadores y la muerte como fin único.
La maldad es la protagonista de El renacido. Y en el trasfondo de todo está la venganza elegante y motivadora, para seguir ahondando en las crueldades para lo que estamos hechos los humanos, exacerbada aún más en ambientes salvajes e inhóspitos, al aire libre y sin ninguna regulación que la menoscabe, aunque sea “Dios el que se encargue de la venganza”, máxima cristiana que los hombres desoyen por completo.
La novela de Patricia Highsmith, Carol, la misma autora de El talento de Mr. Ripley, centra la trama en un romance lésbico intergeneracional. La historia (que la misma autora cuenta en el prólogo de las ediciones posteriores cuando, al fin, su editor le permitió firmar la obra con su nombre y apellido), es tan atractiva e increíble que no puede más que acrecentar la leyenda.
Ang Lee logró algo tan exitosamente similar con su Brokeback Mountain en 2005. Pero, sin contar que se trataba de un amor lésbico y no gay.
Carol no es sólo la primera película digna sobre el colectivo lésbico, además, y sobre todo, es una película en la que las mujeres hacen su vida con independencia de los deseos de los hombres y de lo que éstos esperan de ellas. Ese "No he pensado en mi novio en todo el día" que dice Rooney Mara en un momento de la película es toda una declaración de intenciones. Cate Blanchett, Rooney Mara, Sarah Paulson, Kyle Chandler, Jake Lacy, Cory Michael Smith, Carrie Brownstein y John Magard son sus protagonistas.
– Ver en Hechos de Hoy: Magistrales de Ricardo Darín, Asier Etxeandia, Luis Tosar y Pedro Casablanc