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SALIR DEL REBAÑO

Kim Jong-un y Donald Trump, ninguno de los dos está loco

Con Corea del Norte se ha montado una tragicomedia que no va a terminar bien. Como en Siria, Ucrania, Yemen, Irak y de nuevo Afganistán se aplica la Ley de Murphy de que si algo puede salir mal, seguramente saldrá mal.

Hechosdehoy / Melvin Mañón
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Con frecuencia, tanta que ya molesta, escucho o leo referencias al loco o al loquito ese de Corea del Norte cuando no al otro loco que, desde Washington, amenaza con el apocalipsis.

Kim Jong-un es el jefe de un pequeño país nacido de una guerra atroz.  Él mismo es tercero en la dinastía. Pero ni es estúpido ni es loco. Es un tipo educado en Europa que tiene plena conciencia de que:

a.- Está protegido por China que ya en 1950 envió un millón y medio de soldados para ayudar a la causa de su padre Kim Il-sung.  China puede estar disgustada con su conducta pero no es ajena a la misma, ni inocente y bajo ningún concepto le conviene permitir que los EE. UU. destruyan, derroquen o de cualquier manera despojen su frontera sur del colchón de seguridad que representa Corea del Norte. Lo mismo es cierto y válida casi en igual medida para Rusia que también tiene frontera con Corea.

b.-Corea del Norte está protegida por su propio arsenal que incluye armas atómicas y ese inventario nuclear de cara a las mas recientes amenazas de los EE. UU. demuestra que siempre tuvieron razón en hacerse con la bomba atómica.  El mundo debe recordar que solamente los EE. UU. han lanzado dos bombas atómicas contra ciudades enteras, ambas en Japón en 1945.  Kim Jong-un aunque de discurso incendiario y a veces francamente provocador, no alcanza al Israel de Netanyahu ni a Michael Fallon el inefable ministro de defensa británicos quienes han amenazado y considerado en serio usar armas nucleares incluso sin ser amenazados de extinción como es el caso de Corea del Norte.

c.- Corea del Norte también está protegida por Corea del Sur y no es una broma. Simplemente, a 35 kilómetros al sur de la Zona Desmilitarizada que marca la frontera de facto entre las dos Coreas no hay manera de que la capital Seúl escape a la destrucción en caso de guerra lanzada por EE. UU. contra Corea del Norte. Los surcoreanos no quieren su capital destruida ni su país arrasado, de hecho ni siquiera piensan pagar por la instalación de los misiles THAAD  (Terminal High Altitude Air Defense) traídos por los EE. UU. y cuya retirada inmediata acaba de exigir China. Naturalmente, los 50 millones de surcoreanos, justo el doble de la población del norte tampoco quieren ser dominados ni avasallados por los norcoreanos.
 
En cuanto a Donald Trump es un tipo impulsivo, impaciente, inexperto, errático, improvisador, mal aconsejado y preso de una maquinaria o poder oculto que lo empuja sin cesar hasta el límite con la idea de poner a prueba a su adversario y conseguir que ceda. Trump, a pesar de todo, es lo suficientemente listo para haberse dado cuenta ya de que:

a.- No hay manera de que ningún tipo de agresión lanzada por él contra Corea del Norte desde el aire pueda destruir el país entero sin que Corea del Sur fuera así mismo destruida, China tendría que hacer algo, Rusia también y a Japón, el enemigo ancestral de las dos Coreas, le tocaría al menos otra bomba atómica. O sea, Trump tiene aliados en la región, pero para hacer bulto no para una guerra de verdad.

b.- Sospechosamente, Corea del Norte desde que la crisis estalló ha lanzado en abril 15 y 28 dos misiles pero ambos han abortado. ¡Qué casualidad mas oportuna y conveniente!
Corea del Norte, lanzando esos dos misiles, “demuestra” que no le tenia miedo a los EE. UU. y estos, como los misiles fracasaron, no tenían porqué preocuparse ni cumplir las amenazas proferidas. Demasiado conveniente todo y me hace pensar que esos fracasos consecutivos de dos misiles puedan haber sido intencionados. Es solamente una hipótesis, pura intuición, quizás un disparate, pero encaja y eso hace la hipótesis plausible.

c.-El discurso de EE. UU. para con China ya cambió y las viejas acusaciones de trampa con la moneda, desleal competencia, chinitos reprimidos por escrúpulos y/o pendejadas de Occidente etc. ya cedió el paso al discurso que pinta a China como un socio –al menos posible- en la búsqueda de la paz en la península coreana, paz que, dicho sea de paso, solamente los propios EE. UU. han amenazado con romper porque nadie en su sano juicio puede creer que Corea del Norte haya pensado en agredir a Corea del Sur.

Mientras en los EE. UU. el propio Trump indicaba su disposición a reunirse con Kim Jong-un si se presentaban las "condiciones apropiadas", en el Congreso de los EE. UU., una de las cámaras aprobaba un resolución que endureciendo las sanciones contra Corea del Norte incurre en una monstruosidad política y jurídica: a los fines de mantener las sanciones vigentes, le confiere el derecho a los EE. UU. de interceptar e inspeccionar naves y puertos de terceros países y específicamente chinos, Rusos, Iraníes y Sirios.

Si se aplicara, la medida impone la ley de los EE. UU. por encima del derecho internacional, le confiere una dominio absoluto del mundo y es equivalente como ya lo consignara un legislador ruso a una declaración de guerra que Rusia de antemano declara inaceptable. Añadió el legislador Klinsevitch que el mero y simple hecho de que el Congreso discutiera el tema era ya, en si mismo un acto hostil. Aunque es un legislador ruso quien hizo la afirmación, es sabido que Putin suele emplear a legisladores y otros funcionarios de segundo nivel para mandar mensajes mientras reserva para él, la última palabra.

Con Corea del Norte se ha montado una tragicomedia que de todos modos no va a terminar bien. Como en los casos de Siria, Ucrania, Yemen, Irak y de nuevo Afganistán se aplica la Ley de Murphy de que si algo puede salir mal, seguramente saldrá mal. Peor aun, los insensatos siguen batiendo tambores de guerra, los grandes medios siguen aplaudiéndolos y los pueblos del mundo entero aunque están empezando a levantarse contra esta amenaza todavía siguen siendo mas consumidores que ciudadanos. La gente, desde Tokio hasta la Patagonia está endeudada, comprando cachivaches, hipotecándose para alimentar la ficción de una prosperidad que los esclaviza y embrutece.

Ni el gordito es loco ni el otro estúpido pero tanto jugar con fuego termina quemándole las manos. En cuanto a nosotros, es hora de empezar a entender que cuanto publican los grandes medios en relación a temas importantes es mentira, verdad a medias, tergiversación, manipulación y/o abuso de poder. Analicen, piensen, sálganse del rebaño.
 

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