Pese al dramatismo y clima de suspense que rodeó, en en el ambiente político de Washington, el forcejeo entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano, se espera que el presidente Barack Obama pueda firmar la ley que suprima la mayoría de subidas de impuestos y aplace la reducción del gasto.
El Senado de Estados Unidos aprobó pasadas las 2 de la madrugada (8 de la mañana de este día de Año Nuevo, hora peninsular española) una ley para impedir la subida de impuestos a todos los contribuyentes excepto a las familias que ingresan más de 450.000 dólares anuales. Estas verían subir el tipo impositivo del 35 al 39,6%, el mismo nivel que en los años del presidente Bill Clinton.
Obama logró así alcanzar su promesa de subir impuestos a los más ricos, aunque en definición más amortiguada de lo que buscaba. El Partido Demócrata, de la mano de Joe Biden, superó el primer escollo. El Partido Republicano -en hito en dos décadas- votó a favor de una subida de impuestos.
En la Casa Blanca, Obama enfatizó la importancia del pacto en el Senado. "Aunque ni demócratas ni republicanos obtuvieron todo lo que deseaban, este acuerdo es lo correcto para nuestro país, y la Cámara de Representantes debería aprobarlo sin demora", dijo el presidente.
El acuerdo aplaza dos meses la aplicación de los recortes de 1,2 billones de dólares en la próxima década en el presupuesto de Defensa junto a otros programas de gasto. Igualmente extiende en un año el subsidio de paro y aumenta del 35 al 40% el impuesto de sucesiones, aunque deja exentos los primeros 5 millones de dólares.
El Senado, que está bajo el control del Partido Demócrata, aprobó el acuerdo por 89 votos a favor y 8 en contra. El vicepresidente, Joe Biden, y el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, fueron los arquitectos de un acuerdo al que se sumaron senadores demócratas y republicanos. La dificultad llega ahora con el debate y votación en la Cámara de Representantes dominada por el Partido Republicano, donde además cada escaño está átento a los intereses de los electores de sus distritos.
El presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, que busca además los focos en esta crisis, ya dejó caer que se puede enmendar la ley consensuada por el Senado y la Casa Blanca, lo que podría aplazar la votación. En todo este forcejeo, como contó Hechos de Hoy, todos en Washington deberían sacar las consecuencias de evitar este espectáculo de negociación contrarreloj, ambiente de suspense con inminencia de suspensión de pagos y cierre de oficinas federales, y daño y desgaste de la imagen de Estados Unidos. Obama, antes de comenzar de forma oficial su segundo mandato, está viviendo intensas horas de desasosiego