El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió claramente que protegerá a Estados Unidos contra las amenazas chinas a su soberanía. Fue una alusión directa al presidente Xi Jinping en el discurso sobre el Estado de la Unión.

Biden advitió con extrema severidad a Beijing ante millones de espectadores en los Estados Unidos a medida que aumentan las tensiones diplomáticas con China y surgen nuevos detalles de un programa expansivo de vigilancia de globos chinos.

.Biden dijo en su discurso en la Cámara de Representantes que le había dicho a Xi que Washington busca “la competencia, no el conflicto”. Pero también señaló que las inversiones estadounidenses en sus alianzas, militares y tecnologías avanzadas significaban que Estados Unidos ahora estaba en su posición más sólida en décadas para competir con China y defender sus intereses.

“No se equivoquen: como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país. Y lo hicimos”, dijo Biden, refiriéndose al momento del sábado cuando un avión estadounidense disparó un misil que hizo estallar el globo frente a la costa Este de Estados Unidos, después de una trabesía  a través de Estados Unidos y Canadá.

La enérgica advertencia del presidente a China de que no infrinja la soberanía de los Estados Unidos subrayó un grave cambio geopolítico.

El discurso de Biden se concentró principalmente en cuestiones internas. Pero su discurso se produjo en un momento de agitación geopolítica, cuando Estados Unidos se enfrenta simultáneamente a otro rival nuclear: Rusia.

China ha montado durante mucho tiempo una amplia campaña de inteligencia contra los Estados Unidos. Pero la vista de un globo que se desplazaba por los Estados Unidos, visible desde el suelo y en la cobertura televisiva general, abrió un nuevo escenario de rumores de que podría estar amaneciendo una nueva Guerra Fría.

Durante gran parte de los últimos 20 años, la política de Estados Unidos se diseñó para introducir a China en el sistema global como un competidor pero no como un adversario, incluso con su ingreso en la Organización Mundial del Comercio.

Pero el enorme crecimiento económico de China y la creciente beligerancia diplomática hacen que muchos estadounidenses ahora consideren que ese enfoque es un fracaso.  Son los serios interrogantes que ahora se abren.