El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 13 de febrero en lo que no fue ninguna sorpresa. Es indudable el enorme disgusto de Inés Arrimadas. Pero no puede sorprenderse ante lo sucedido.
Alfonso Mañueco, además de convocar elecciones y disolver las Cortes, cesó a los cuatro consejeros de Ciudadanos, entre ellos el vicepresidente Francisco Igea. La relación de Mañueco e Igea (como sucedió en la Comunidad de Madrid entre presidenta y vicepresidente) ha sido siempre tormentosa. Mantenían importantes discrepancias con cruces de reproches continuos de deslealtad.
La convocatoria electoral es por tanto una importante apuesta estratégica y política:
– Para el Partido Popular supone un riesgo pero también una oportunidad.
– Para Ciudadanos ya no está sólo en juego su supervivencia política en Castilla y León sino en toda España. Isabel Díaz Ayuso consiguió, con su triunfo en la Comunidad de Madrid, devolver al Partido Popular sus señas de liberal, centro derecha, y marca transversal en apuesta de moderación, rigor y servicio.
– Mañueco se adelanta además a las maniobras del PSOE de impulsar y apoyar partidos locales bajo las señas de la plataforma electoral de España Vaciada.
– Estos comicios ponen finalmente los focos sobre las expectativas de Vox en Castilla y León.
Los comicios de Castilla y León van a tener una indudable influencia sobre Andalucía. Y se convierten a la vez en una prueba nacional. Pese a la indudable valía personal de Inés Arrimadas, es bien cierto que Ciudadanos ha evidenciado en Región de Murcia, Comunidad de Madrid y Castilla y León una deslealtad continua con el Partido Popular.
En estos escenarios, Alfonso Fernándes Mañueco, que es persona reflexiva, arriesga pero acierta en su deseo de buscar estabilidad política y económica para Castilla y León.