El huracán María ha vuelto a reforzarse y subió durante la mañana del jueves a categoría 3 al aumentar sus vientos a más de 185 km/h. Tras su paso por Puerto Rico, su ojo, con un diámetro de 74 kilómetros, se encuentra ubicado a unos 80 km al norte de Punta Cana.
Fuertes lluvias, ráfagas de viento y oleajes anormales son los efectos del huracán María, que han comenzado a incidir desde la mañana del jueves en gran parte República Dominicana, sobre todo al norte y noroeste. 14 provincias se encuentran en alerta roja. Hay miles de evacuados preventivos, entre ellos más de 4.500 turistas realojados en Santo Domingo y en Juan Dolio.
El Gobierno suspendió todas las actividades en el país para este jueves 21 de septiembre. Los aeropuertos de Puerto Plata y Punta Cana permanecen cerrados. La zona de Punta Cana/Bávaro está siendo muy castigada por la fuerte lluvia, el viento y las olas. Ha caido parte del tendido eléctrico y los árboles caídos bloquean carreteras.
Tras su paso por la costa atlántica de República Dominicana durante este jueves, María debería moverse en dirección a las británicas Islas Turcas y Caicos y las islas Bahamas surorientales durante la noche y el viernes.
Devastación en Puerto Rico
María ha causado enormes daños tras atravesar el miércoles Puerto Rico, barriendo a toda la isla con feroces vientos y terribles aguaceros que destruyeron total o parcialmente incontables edificios y causando un muerto. La lluvia hizo que muchos ríos se salieran de su cauce e inundaran ciudades y comunidades, causando el caos general, en el mayor desastre natural que enfrenta la isla en 85 años.
A la capital, San Juan, María le ha asestado un golpe devastador. Los evacuados en un estadio deportivo bajo techo tuvieron que refugiarse bajo las grades cuando el techo empezó a tener filtraciones. Se pudo evitar una catástrofe mayor. Varias urbanizaciones se encuentran totalmente inundadas.
La amenaza continúa sobre Puerto Rico por la continuidad de las intensísimas lluvias y la acumulación de las inundaciones. El gobernador Ricardo Rosselló ha pedido al presidente Donald Trump que declare la isla "zona de desastre" y ha ordenado el toque de queda para la población hasta el sábado. La mayoría de la isla se encuentra sin electricidad y se teme que el restablecimiento total tome meses.
El huracán, que cuando alcanzó a Puerto Rico era de categoría 4, la segunda más potente, causó también enormes olas y daños después de que muchos edificios ya habían quedado tocados hace dos semanas por el paso de Irma.