Si el futuro de Oriente Medio pasa por un acercamiento de las potencias que representan a los chiíes (Irán) y los suníes (Arabia Saudi), 2016 no pudo empezar peor en la región que tiene encendido el fuego de la guerra civil en Siria y las ofensivas lanzadas por la guerrilla suní radical de Daesh (Estados Islámico de Irak y el Levante), la más importante de la historia.
En una declaración oficial, Irán afirmó que Arabia Saudí pagará "un precio elevado" por haber matado al clérigo opositor Nimr Baqer al Nimr. "El gobierno saudí apoya a los movimientos terroristas y utiliza la pena de muerte contra sus opositores internos", subrayó la declaración iraní.
Arabia Saudí ha ejecutado a 47 personas en varias provincias del país por pertenecer a grupos terroristas y perpetrar atentados en el reino, entre ellas el influyente clérigo chií disidente Nimr Baqir al Nimr. Según informó el Ministerio saudí del Interior, los ajusticiados son en su mayoría de nacionalidad saudí, salvo un egipcio y un chadiano.
El clérigo ejecutado fue sentenciado a la pena capital por desobedecer a las autoridades, instigar a la violencia sectaria y ayudar a células terroristas. Al Nimr fue detenido en julio de 2012 por apoyar los disturbios contra las autoridades saudíes que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chií. Su condena a muerte levantó un fuerte malestar entre la comunidad chií saudí.
Irán ha condenado enérgicamente la ejecución del clérigo chií disidente y la ha considerado una "muestra de la profunda imprudencia e irresponsabilidad" del Gobierno de Arabia Saudí, según subrayó el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hosein Yaber Ansarí.
Ansarí ha afirmado que "el Gobierno de Arabia Saudí habla con sus críticos internos con un lenguaje de ejecución y represión mientras apoya a los terrorista y los extremistas takfiríes (extremistas suníes)", informó la agencia oficial iraní de noticias IRNA.
Ahmad Jatamí, uno de los clérigos más influyentes del país, ha declarado por su parte que la familia Al Saud, regente de Arabia Saudí, "será borrada de la historia" por aprobar la ejecución. Jatamí ga condenado con dureza la ejecución. "No me cabe duda de que la sangre pura de Al Nimr mancillará el collar de la Casa de Saud, que será borrada de las páginas historia. Este crimen no es más que parte del patrón que sigue esta familia traicionera", aseguró.
También en Irak se han producido duras reacciones. Los políticos chiíes de Irak han condenado la ejecución del clérigo opositor chií saudí y han asegurado que Arabia Saudí pretende azuzar el conflicto sectario en toda la región.
"La ejecución de la condena a muerte del clérigo saudí Nimr al Nimr pretende incendiar la región", ha denunciado un diputado chií, Mohamed al Saijud. Otro diputado chií, Haitham al Yuburi, ha advertido de que "la ejecución del jeque Nimr al Nimr por el régimen terrorista saudí supone el principio del fin de los Al Saud". Además, duros enfrentamientos estallaron entre manifestantes y policías en Bharein. La comunidad chií tomó las calles en varias localidades después del rezo del mediodía para protestar por la ejecución del clérigo saudí.
Al Nimr fue detenido en julio de 2012 por apoyar los disturbios contra las autoridades saudíes que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chií. El jeque Nimr al Nimr, de 56 años, era muy crítico con la dinastía suní Al Saud. También fue el líder de un movimiento de protesta que empezó en 2011 en el este del país, donde vive la mayor parte de la minoría chií. Esta comunidad, que se concentra en la Provincia Oriental, se siente marginada en este país mayoritariamente suní.
El rey Salmán pudo haber tomado medidas de clemencia no lo hizo. La ejecución plantea interrogantes sobre su margen de accion para proyectar nuevos ejes de cambio. Esta ejecución se produce además en un momen to de expectativas para el precio del petróleo con escenarios incluso que apuntan a 15 dólares el barril como informó Hechos de Hoy en un escenario de tendencias bajistas.
A la ansided política por la guerra civil en Siria y el fenómeno de Daesh se estaría sumando de forma inquietante una ansiedad económica en un país que Estado Unidos considera como pilar de estabilidad geoestratégica.