Giro importante en Caracas. Algunos ven el impacto de la carta del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, a Nicolás Maduro. El papa Francisco y su mano derecha deploran la ceguera de un líder que está destruyendo su propio país. Ha podido pesar también la preocupación del general Vladimir Padrino López ante el clima de escisión en las Fuerzas Armadas. y, sin duda, el grito de rechazo de Luisa Ortega.

Ha influido también el aislamiento de Venezuela en las últimas horas. A ello se sumó la condema general contra el golpe de Estado de Nicolás Maduro y las durísimas declaraciones del secretario general de la OEA, Nicolás Almagro.

Todo esto llevó a la convocatoria urgente del Consejo de Defensa de la Nación de Venezuela (Codena) y su petición al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela a revisar las sentencias que acabaron con el Poder Legislativo, clausurando el Parlamento de mayoría opositora.

El vicepresidente Tarek El Aissami leyó el comunicado de la rectificación en el que se insta al Tribunal Supremo a mantener la estabilidad institucional y el equilibrio de poderes. Nicolás Maduro, y su círculo, se halla en momento de reflexión o de tregua. O incluso de derrota. Ha podido dar un paso en falso. Todo está por verse. El general Vladimir Padrino López habría instado a la cohabitación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. 

¿Que vías se abren? De forma paradójica, el golpe de Estado grosero de Nicolás Maduro, en el que ha sido utilizado como pieza de ajedrez por los sectores más radicales y corruptos, podría haberle debilitado. Pero es una incógnita porque todo Caracas es un hervidero de rumores y de clima cada vez más peligroso, al filo de un estallido de ira que nadie podría contener si se desborda.

Todo se precipitó tras la rebelión interna liderada por la fiscal general del Estado. Codena fue convocado de urgencia para revisar las decisiones adoptadas por las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Las sentencias habían tachado a los opositores de "traidores a la patria" frente a Nicolás Maduro, calificado de "hijo de Chávez" confiriéndole todo el poder para gobernar, legislar e incluso ejercer como juez.

En la reunión de Codena no participó Luisa Ortega, fiscal general, pero sí Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo, así como el general Vladimir Padrino López y la ministra de Exteriores, Delcy Rodríguez. El presidente de la Asamblea, Julio Borges, rechazó sumarse a esta reunión.

Perú, Colombia y Chile han retirado a sus embajadores. El general Vladimir Padrino López desea que se reanude el diálogo entre oficialismo y oposición promovido por Unasur y apoyado por El Vaticano. Los analistas en Caracas creen sin embargo que algo se ha roto, que se ha producido una fractura. Avanza la impresión de que no hay margen de logros con Nicolás Maduro por su incapacidad. No sólo lo cree la oposición y el propio Papa. El Ejército estaría contemplando con alarma que no hay futuro bajo la incompetencia y la arbitrariedad.