Las cartas definitivas se echaron en Caracas. Nicolás Maduro anuló el Parlamento, la Asamblea Nacional, AN, para consolidar su dictadura.
Utilizó al Tribunal Supremo (TSJ) para incapacitar a la oposición. Henrique Capriles denunció el golpe de Estado de los sucesores de Hugo Chávez. La Asamblea Nacional pidió al Ejército que defienda la democracia tras ser anulada por Nicolás Maduro. Estalló la gran prueba para Raúl Castro en La Habana y el círculo de militares que sucedió a Fidel Castro en Cuba.
La Asamblea Nacional fue democráticamente elegida por última vez en las elecciones de diciembre de 2015. Nicolás Maduro estaba obligado a reconocer los resultados y la abrumadora victoria de la oposición. No lo hizo en una escalada de tensión que llegó al paso más dramático y trágico.
En las primeras reacciones, durísimas declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y grave inquietud del papa Francisco y de la Unión Europea. En España, el Gobierno de Mariano Rajoy sigue atentamente lo que se considera que son horas dramáticas. Venezuela quedó aislada con presos políticos, la oposición perseguida, el Parlamento suspendido y la economía destruida.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, calificó de "autogolpe de Estado" la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela de sustituir en sus funciones al Parlamento, controlado ahora por la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro. Una gran preocupación en América Latina.
"Aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado", dijo Nicolás Almagro en la reacción oficial de la OEA.
"Las normas internacionales regionales y universales a las que Venezuela soberanamente ha adherido, y que por ello la obligan a su cumplimiento, reafirman el respeto a la separación de poderes como garantía ineludible para la protección de los derechos de los ciudadanos y la defensa del sistema democrático y del estado de derecho", señaló la OEA.
"Las dos sentencias del TSJ de despojar de las inmunidades parlamentarias a los diputados de la Asamblea Nacional y de asumir el Poder Legislativo en forma completamente inconstitucional son los últimos golpes con que el régimen subvierte el orden constitucional del país y termina con la democracia", destacó la OEA.
Nicolás Almagro hizo un llamamiento urgente para convocar a una Consejo Permanente en el marco del artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA.