Muy posiblemente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pudo cometer su mayor error y torpeza en su ataque frontal al Partido Popular Europeo (PPE), el partido de Angela Merkel, que tiene en el Partido Popular (PP) a su partido faro, el que está abriendo nuevos caminos de liderazgo en los democristianos europeos bajo la gestión de Alberto Núñez Feijóo. No hay que olvidar que Feijóo y Manfred Weber, presidente del PPE, están trabajando codo a codo por lo valores democráticos, los valores europeos y la lucha contra los radicalismos y populismos.
Sánchez alertó -en auténticas calumnias- que sus adversarios jugarán sucio. Y arremetió a la vez contra el PP y Vox (dos partidos bien diferentes y distantes), y los grandes medios de comunicación, a los que acusó de difundir “las mentiras de la derecha porque es ella la que los domina”. Dijo que los socialistas no tienen “derecho a contestación ni réplica”. Atacó también a “los poderosos”, entre los que citó a “los banqueros”.
“La derecha extrema y la extrema derecha están envalentonadas. No tendrán ningún pudor para lanzar infundios y traficar con la mentira. Por eso debemos dar la batalla”.
“La tormenta va a ser tremenda”, apuntó añadiendo que las elecciones del 28 de mayo han sido solo “el aperitivo de suciedad, insultos y mentiras”.
“Van a tratar de crispar hasta límites insospechados. Se van a inventar barbaridades. Hablarán de pucherazo, de que hay que detenerme como responsable de ese pucherazo”.
“Sus maestros norteamericanos lanzaron a una turba enfurecida contra el Capitolio”, insistó Sánchez recordando lo que hicieron algunos votantes de Trump el 6 de enero de 2020.
Pese a haber marcado Feijóo de forma muy nítida su política, y de haber luchado tanto Isabel Díaz Ayuso como Jose Luis Martínez-Almeida -al igual que se hizo en la ciudad autónoma de Melilla y La Rioja– por lograr mayorías absolutas (y no depender por ello de Vox), Sánchez equiparó a PP con Vox
“Donde ayer había un socialista, mañana habrá un popular con uno de Vox, que lo único que pretenden es derogar el sanchismo y destruir y desmantelar todo lo conquistado, todos los avances sociales logrados”, citó Sánchez.
Y no dudó en añadir todo tipo de falsedades.
“Van a derogar la subida del SMI, la reforma laboral, suprimir el ingreso mínimo vital, o la ley de muerte digna, o suprimir los impuestos a las energéticas y financieras para volver a sus amnistías fiscales, suprimir las becas, imponer de nuevo la segregación en la escuela, recortar el sistema sanitario, acabar con la ley de cambio climático y frenar la industrialización pasando a engrosar la lista de países negacionistas, o congelar de nuevo las pensiones”.
Sánchez dijo que “hay que evitar que España retroceda y convierta en un barrizal la presidencia española de la Unión Europea“. E insistió en convertir a PP y Vox en una estrecha alianza de “la derecha extrema y la extrema derecha”.
Desde la óptica de Bruselas (la Comisión Europea) y los mercados, resultaron inaceptables los ataques de Sánchez a la libertad de prensa, la independencia de los medios y la reputación, honor y valentía del Partido Popular Europeo, y el Partido Popular en su lucha contra el populismo y los radicalismos sean del signo que sean-.
Para analistas de mercados, y expertos en la maquinaria de Bruselas, muy posiblmente Pedro Sánchez, con su discurso más radical, se ha puede haber cerrado muchas puertas en Europa (la Unión y la OTAN) además del daño hecho a la reputación y prestigio de los grandes partidos constructores de los valores europeos como el Partido Popular Europeo (el Partido Popular).