En la agenda del papa Francisco había dos notas importantes, el acto de énfasis en el ecumenismo y la esperadísima lista de sus cardenales en la que sorprendió de nuevo con nombramientos que destrozaron las quinielas de los vaticanistas.
Al recibir al Comité católico para la colaboración cultural con las iglesias ortodoxas y las iglesias ortodoxas orientales, que cumple en 2014 los 60 años de su creación, Francisco expresó su agradecimiento y aliento a quienes desde este espacio trabajan por el ecumenismo. Recordó que "el Concilio Vaticano II aún no había terminado cuando Pablo VI instituyó el Comité católico para la colaboración cultural”.
“El camino de la reconciliación y la fraternidad renovada entre las Iglesias, maravillosamente marcadas por el primer histórico encuentro entre el papa Pablo VI y el patriarca ecuménico Atenágoras, requería también experiencias de amistad y compartir, que nacieran del conocimiento recíproco entre los miembros de las diferentes Iglesias y especialmente entre los jóvenes, encaminados al ministerio sagrado”, dijo Francisco.
Los nuevos cardenales
El anuncio más esperado llegó de forma sorpresiva este domingo en el rezo del Ángelus al anunciar los nombres de los primeros 16 cardenales de su pontificado. Hay seis de Europa (entre ellos el gesto hacia la Curia), cinco de América Latina (entre ellos el argentino Mario Aurelio Poli, que fue precisamente su sucesor) dos de África, 2 de Asia y uno de América del Norte.
A la vez Francisco nombró a tres cardenales mayores de 80 años. Estos cardenales no podrán votar pero sí participar en los dabates y las reuniones del Colegio Cardenalicio. Estos cardenales también los eligió con equilibrio y sorpresa, en los gestos de largo alcance de este Papa. se trata de Loris Capovilla, quien fue el célebre secretario de Juan XXIII, de 98 años; Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo emérito de Pamplona; y Kelvin Feliz, presidente emérito de la Conferencia Episcopal del Caribe.
En los nombramientos la verdadera sorpresa estuvo en la elección de cardenales de zonas deprimidas, de extrema pobreza, y de zonas de conflicto. Nombró cardenal a Philippe Nakellentuba Ouédraogo, arzobispo de Ouagadougo, Burkina Faso, uno de los países más pobres de Africa
También eligió al arzobispo de Abidjan, Costa de Marfil, Jean–Pierre Kutwa; a Orlando B. Quevedo, arzobispo de Cotabato, en la conflictiva zona de Mindanao, en Filipinas; y al obispo de Les Cayes, Chibly Langois, de Haití, en el día precisamente, como informó Hechos de Hoy, delcuarto aniversario de un sismo atroz que llevó aún más hambre, miseria, muerte y desolación al país que convive en la isla de La Española con la República Dominicana.
Finalmente Francisco, en estos nombramientos muy significativos, eligió al arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, Corea, Andrew Yeom Soo jung.
A la vez Francisco tuvo esmero en no avivar más las tensiones con la Curia. Designó a su número dos, el secretario de Estado del Vaticano, arzobispo Pietro Parolin, exnuncio en Caracas. A la vez nombró al actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el alemán Gerhard Müller; y a los italianos Beniamino Stella y Lorenzo Baldisseri, el prefecto de la Congregación del Clero y el secretario general del Sínodo de Obispos.
Hasta ahora Europa se había impuesto en el Colegio Cardenalicio. La nave que pilota Francisco avanza sin embargo hacia otras aguas. Sólo nombró dos europeos, el británico Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, Londres; y a Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia. Dejó fuera Francisco, y no le tembló el pulso a las ciudades de Venecia y Turín, mostrando además el alto aprecio que siente hacia la persona de Gualtiero Bassetti.
América (América Latina y América del Norte) fue la triunfadora en estos nombramientos. Francisco optó por el cardenal Mario Aurelio Poli, su sucesor en Buenos Aires; los arzobispos de Santiago , Ricardo Ezzati Andrello; de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta; y de Managua, Leopol Brenes Solorzano.
Ricardo Ezzati Andrello fue quien organizó la Jornada Mundial de la Juventud que al papa impactó. En América del Norte, Francisco designó a Gerald Cyprien, arzobispo de La Croix de Quebec. La última sorpresa de la lista fue quizás la mejor. El Papa dejó fuera a los arzobispos de Estados Unidos en un mensaje para la reflexión de la Iglesia católica en Estados Unido donde no se atajaron con firmeza escándalos que llenaron de desaliento al Papa emérito, Benedicto XVI, quien siguió de nuevo por la televisión las sorpresas de su amigo Francisco.