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NAVIDAD DE LÁGRIMAS

Francisco pidió a Manfred Honeck y Chen Reiss romper con el gregoriano

Una marea humana en Nochebuena y Navidad dentro y fuera de la Basílica de San Pedro. Francisco quiso abrir las puertas a Mozart y no olvidar la dramática persecución de los cristianos.

Hechosdehoy / Hechos de Hoy / Mario García
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Nochebuena y Navidad vividas con intensidad por el papa Francisco con una Misa del Gallo que fue espectacular -retransmitida en España por el Canal 13-.

Francisco cuidó los detalles. Fue retransmitida en la tecnología 3D, en trabajo conjunto de la cadena vaticana -el Centro Televisivo Vaticano (CTV)- y Sky. Once cámaras y un drone siguieron una ceremonia con Wolfgang Amadeus Mozart como protagonista –Misa en Do menor-. Frente a la Curia, a la que Francisco fustigó en su mensaje de Navidad -unas palabras de gran repercusión como indicaron fuentes vaticanistas a Hechos de Hoy-, Francisco, en gesto de nuevo rompedor, cogió en us manos la imagen del Niño Jesús para llevarlo al Nacimiento, en el interior de la basílica, acompañado por diez niños de distintas nacionalidades.

En la  ceremonia se produjo un momento muy especial en las Credo,

Y por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo,
Y por obra del Espíritu Santo, se encarnó en María Virgen,
Y se hizo hombre

(En latín, Et incarnatus est).

Frnacisco quiso que este momento tuviera su máxima solemnidad y fuera un homenaje a Wolfgang Amadeus Mozart y su Misa en Do menor. Sobre todo el Credo, el largo momento de ocho minutos. Francisco buscó en esta Misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro el protagonismo de Manfred Honeck.

Siempre es el coro de la Capilla Sixtina el que canta la liturgia y el Credo en latín, con canto gregoriano. Esta vez, bajo la dirección de Manfred Honeck, y un conjunto de orquestas de Roma, acompañaron a la soprano israelí Chen Reiss en el momento grandioso de Et incarnatus est. Por primera vez Francisco quiso dar paso a otro aire en medio del gregoriano.

En las palabras de Francisco, dos momentos importantes. En Nochebuena, pidió "paciencia", como la que tuvo Dios; y "humildad".

En Navidad, duro e implacable contra el "silencio cómplice" de los que permiten la violencia contra los niños, en todas sus formas. Que Jesús salve a tantos niños "víctimas de la violencia, víctimas del tráfico de personas y de la trata, forzados a convertirse en soldados, niños asesinados o maltratados", así como los que "sufren abusos, asesinados en el vientre y masacrados", fye su énfasis.

Pidió para que Dios consuele a las familias de los niños asesinados en Pakistán la semana pasada. Y reclamó "esperanza" para los refugiados de todo el mundo y que puedan recibir la ayuda humanitaria necesaria para sobrevivir.

Francisco lamentó que haya "tantas lágrimas esta Navidad" al leer su mensaje e impartir la bendición urbi et orbi. Que el poder de Cristo "se haga oír en tantos corazones que sufren la guerra, la persecución o la esclavitud", pidió el Papa.

Ante una multitud de más de 150.000 personas en la Plaza de San Pedro y las inmediaciones de Via de la Conciliación, pidió por quienes sufren en Ucrania, Irak, y Siria, insistiendo en la necesidad el fin de las tensiones entre israelíes y palestinos y de los ataques terroristas en Nigeria. Exigió a los que tienen "responsabilidades políticas" a que se comprometan, mediante el diálogo, a "superar contrastes y construir una convivencia fraterna duradera". Concluyó con un llamamiento "ardiente" a que se garantice la atención y el tratamiento necesario para superar la enfermedad del ébola, especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea.
 

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