Con una apretada agenda, muy pendiente de la evolución de la situación de Oriente Medio -en sus tres frentes más críticos, Siria, Gaza e Irak-, el papa Francisco se embarcó rumbo a Seúl sabiendo que era un día importante para quien es un hincha del San Lorenzo de Almagro. La final de la Copa Libertadores le enfrenta al Nacional de Paraguay.
Tres de los rasgos de Francisco son su serenidad de ánimo en todo momento, el sentido del humor franco y alegre que no pierde -que no es retorcido ni tiene que ver con el sarcasmo- y su sencillez. Lo ha evidenciado con creces callando su asombro cuando la reina Isabel II le regaló un whisky de campanillas -de los que las malas lenguas dicen que se echa al té en el Palacio de Buckingham- y aguantando estoicamente los pulsos de la vieja guardia de la curia romana.
Francisco vive con una enorme fuerza e ilusión su viaje a Corea del Sur porque su gran deseo de juventud fue el de ser misionero en Asia. La Compañía de Jesús, como contó Hechos de Hoy, no se lo permitió por su salud. Quienes le conocen bien saben además su estrecho contacto con la colonia coreana en Buenos Aires, de los barrios de Flores y Floresta.
Antes de este viaje quiso mostrar a Estela de Carlotto el apoyo personal a su misión -"gracias por su lucha", le escribió-. Francisco mandó una carta a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto , en la que mostró su alegría por la recuperación de Guido, su nieto nacido en cautiverio, después de 36 años de búsqueda. Francisco sabe bien que es una misión heroica la realizada por Estela de Carlotto en la recuperación de las identidades de 114 nietos. Es una de las páginas más tristes de la historia reciente de Argentina.
"Sé que es una alegría para la abuela que ha recorrido un largo camino de sufrimiento. Un sufrimiento que no la paralizó sino que la sostuvo en la lucha", escribió Francisco de su puño y letra. La web de Abuelas de Plaza de Mayo lo desveló en Internet. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo anunció la semana pasada la recuperación de su nieto, Guido, quien fue inscrito el 2 de junio de 1978 como Ignacio Hurban. Se descubrió que es un joven de 36 años, pianista de jazz y director de una escuela de música municipal en Olavarría, en la provincia de Buenos Aires.
La carta de Francisco
El texto íntegro de la carta de Francisco a Estela de Carlotto es el siguiente:
"Muy estimada Señora:
Por medio de estas líneas quiero hacerme cercano a Usted en estos días en que usted se ha reencontrado con su nieto. Sé que es una alegría para la abuela que ha recorrido un largo camino de sufrimiento. Un sufrimiento que no la paralizó sino que la sostuvo en la lucha. Y hoy, por esa constancia en la lucha, no es solo su nieto el que la acompaña sino también otros 114 que han recuperado su identidad.
Gracias Señora por su lucha. Me alegro de corazón y pido al Señor que le retribuya tanto tesón y trabajo.
Quedo a su disposición, y por favor, le pido que no se olvide de rezar por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide.
Cordialmente Francisco"