El uso de una aplicación de mensajes que no necesite de conexión a internet ni a redes de telefonía está causando sensación en Hong Kong. De esta manera, FireChat que es el nombre que recibe la app, está resultando realmente útil en las últimas 48 horas en Hong Kong como forma de sortear la censura impuesta por China en medio de un clima de protestas democráticas.
Actualmente están bloqueados Facebook, Twitter, YouTube y algunas búsquedas de Google, según el sitio Blocked in China. FireChat utiliza Bluetooth o radiotransmisores para comunicarse con todo aquel que esté a 200 metros uno de otro.
La encargada de crear esta aplicación fue la empresa californiana Open Garden, que vio la luz este año. En los dos últimos días más de 200.000 usuarios nuevos llegaron a registrarse para usar FireChat en Hong Kong. Se trata de un dato récord para FireChat y es 25 veces superior al que se produjo cuando se produjeron las manifestaciones estudiantiles en Taiwán en marzo pasado.
Open Garden indicó que, actualmente, la media de usuarios conectados a través de FireChat en Hong Kong se sitúa entre 12.000 y 20.000. En los últimos dos días, se produjeron más de 2 millones de sesiones de "chat" en Hong Kong a través de esta aplicación. FireChat opera a través de redes p2p (peer-to-peer) y permite el intercambio de mensajes entre dispositivos próximos, aproximadamente en un radio de 10 metros.
Los expertos aseguran que uno de los puntos débiles de esta aplicación es que los mensajes que se envían no están codificados. Es por ello que la empresa advirtió a los usuarios en Hong Kong de no utilizar su nombre real, a través de su cuenta oficial en Twitter.
“Los manifestantes pueden formar espontáneamente un grupo de chat, al que cualquier usuario que esté cerca puede incorporarse sin problemas”, advirtieron los expertos y añadieron que “en consecuencia, también los policías pueden enterarse de lo que planean los manifestantes”.
Desde el domingo -asunto destacado por Hechos de Hoy-, las autoridades de Pekín bloquean la red social Instagram para impedir que se transmitan imágenes de los disturbios, una censura que no es nueva para otros operadores como Twitter, Facebook y YouTube.