Una profunda impresión en el Vaticano por los atentados terroristas de París, y el clima emocional en toda Francia por el mazazo yihadista. Son unos atentados que han conmovido de manera más profunda que si hubieran sido sólo bombas. Pero a la vez, Francisco no quiero que se olviden otros dramas y que haya una visión sólo eurocéntrica. Haití es un drama abierto en América Latina, y en el corazón del Caribe.

Especialmente Haití, que comparte la misma isla, La Española, con República Dominicana -un matrimonio geopolítico en el Caribe sin opción a divorcio- figura en las especiales preocupaciones de Francisco. En un momento de tantas expectativas abiertas en el Caribe -con una gran atención del Vaticano- el Papa no quiere que Haití sea un episodio menor.

Busca mantener viva la atención sobre el pueblo de Haití, que todavía sufre las consecuencias del terremoto que acabó con la vida de 230.000 personas en 2010. En un encuentro organizado por el Consejo Cor Unum y la Comisión para América Latina, en colaboración con los obispos de Haití, se hizo un balance de las ayudas destinadas a Haití y de analizar el resultado de los proyectos que se han impuesto.

A la vez que se resaltó lo logrado , la intención de Francisco es la de subrayar a todas las partes implicadas -de manera muy especial a República Dominicana y Estados Unidos, y también a Naciones Unidas, que muchas cosas por hacer y rehacer.

En su momento el terremoto, con el epicentro en Puerto Príncipe, destruyó gran parte de la infraestructura, miles de hogares y todos los hospitales. La catástrofe, según las estimaciones de la Cruz Roja, afectó a tres millones de personas. Entre los asistentes a esta conferencia, el cardenal Chibly Langlois, presidente de la Conferencia Episcopal de Haití; el arzobispo de Miami, Thomas Gerald Wenski; Alberto Piatti; y Eduardo Marques de Almeida, exrepresentante del Banco Interamericano de Desarrollo en Haití.

Francisco reconoció que se ha hecho mucho por reconstruir el país, pero subrayó también que "no podemos ignorar el hecho de que queda mucho por hacer". Advirió además, en mensaje muy especial para Haití y República Dominicana, que "no hay verdadera reconstrucción sin reconstrucción de la persona a plenitud". "Ello supone que cada persona en Haití tenga lo necesario desde el punto de vista material, pero también que al mismo tiempo pueda vivir su libertad, sus responsabilidades y su vida religiosa y espiritual", subrayó Francisco.

En medios vaticanistas, según informaciones de Hechos de Hoy, se destacó que el Papa quiere mantener viva la atención sobre Haití, que aún sufre las consecuencias de la catástrofe, así como como destacar la cercanía de la Iglesia con el pueblo haitiano. Y también que en la agenda de Francisco, América Latina marca prioridades en todos los escenarios para la Iglesia.

El encuentro con Michel Martelly