Tremendo momento en Argentina sacudida por los hechos de hoy. El intento de magnicidio de Cristina ha sacudido al país y amenaza con crear un clima de máxima crispación y brecha en el país.
Argentina amaneció conmocionada este viernes. Un hombre armado intentó asesinar a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, durante una concentración multitudinaria en Buenos Aires.
El atacante, nacido en Brasil y nacionalizado argentino, la apuntó con una pistola en la cabeza el jueves por la noche en la puerta de su casa, donde también había cientos de seguidores que la respaldan desde hace semanas.
El presidente, Alberto Fernández, confirmó que el arma del hombre, detenido por las autoridades, estaba cargada con cinco balas, pero que, por motivos que se desconocen, no se disparó. El Gobierno decretó día festivo a nivel nacional este viernes.
Llamó a los argentinos a “expresarse en defensa de la vida, de la democracia, y en solidaridad con la vicepresidenta”. Buenos Aires espera una concentración masiva a mediodía, mientras la oposición critica la medida como una excusa “para movilizar militantes”. El intento de magnicidio ha llevado al límite la crispación política en Argentina.
El papa Francisco, conmocionado
Además de enviarle un telegrama a la vicepresidenta Cristina Kirchner para expresarle “solidaridad y cercanía en este delicado momento” y condenar “todo tipo de violencia”, el papa Francisco también llamó por teléfono a la expresidenta tras el atentado que sufrió en la puerta de su casa en Recoleta, cuando un hombre quiso dispararle mientras ella saludaba a sus seguidores.
Lo sucedido produjo una profunda conmoción al papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio le mando un telegrama a Cristina Kirchner
En el texto, preparado por la Secretaría de Estado, el papa Francisco, que la recibió varias veces en Ciudad del Vaticano, rezó “para que en la querida Argentina prevalezcan siempre la armonía social y el respeto de los valores democráticos, contra todo tipo de violencia y agresión”.
Cristina, como presidenta del país, viajó a Roma para asistir a la ceremonia de asunción del papado, que tuvo lugar el 19 de marzo de ese mismo año. El papa Francisco la convirtió en la primera jefa de Estado que recibió en forma privada en la residencia de Santa Marta.
Cristina fue recibida cuatro veces en Ciudad del Vaticano, acompañada por nutridas comitivas. En una de esas ocasiones la expresidenta compartió un almuerzo que se prolongó durante varias horas.