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La temporada arranca en una cadena de panaderías gallegas. (Foto: La Sexta)

SÉPTIMA TEMPORADA

El jefe infiltrado: nuevos jefes se cuelan en su propia empresa bajo una identidad falsa

En el primer programa, el jefe infiltrado será Héctor Pérez, el gerente de Forno de Lugo, una cadena de panaderías gallega que tratará de comprobar que en algunas de sus panaderías el horno no está para bollos

Hechosdehoy / Radhamés Pérez Canela
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Llega una nueva temporada de El jefe infiltrado, este martes 11 de abril, a La Sexta. Vuelven los directivos camuflados entre empleados, las coartadas para que ningún miembro de la plantilla descubra que su compañero es su superior y los secretos de cómo funcionan empresas que utilizamos a diario.

En esta nueva edición, desde el lavado de coches de lujo, pasando por la industria del ocio, el rescate en carretera, las tintorerías, la restauración, heladerías y panaderías, cada semana un jefe se infiltrará en su propia empresa bajo una falsa identidad. Trabajará codo con codo con sus empleados, afrontará riesgos, se emocionará y tomará decisiones que cambiarán para siempre la vida de sus trabajadores. Lo que ellos nunca sabrán es que su nuevo compañero de trabajo en realidad es… el jefe infiltrado.

Muchas de las empresas que participan en el programa han conseguido triunfar en tiempos de crisis aportando ideas revolucionarias a sectores tradicionales. Es el caso de Grúas Barragán un gigante nacional que ha pasado de las clásicas grúas a mastodónticos vehículos de 100 toneladas capaces de remolcar autobuses o rescatar coches sumergidos en el agua.

En restauración, El jefe infiltrado se meterá hasta la cocina de Toro Burger, cadena de hamburgueserías gourmet premiada como la mejor cheeseburger de España. Las incidencias laborales seguirán siendo parte fundamental del exitoso formato, como en el caso de Alvato Luxury, un lavadero para vehículos de lujo, donde una jefa patosa limpiará un automóvil valorado en 100.000€ con imprevisibles consecuencias, o La Mar de Gambas, las peculiares cervecerías-marisquerías donde un camarero de armas tomar llegará a echar a unos pacíficos clientes y donde el jefe descubrirá que se sortean succionadores femeninos a sus espaldas.

Pero además de incidencias laborales, esta séptima temporada estará repleta de rostros e historias humanas, algunas divertidas y otras duras y dolorosas como las consecuencias directas de la guerra en Ucrania o los tristes efectos de la pandemia. Historias de vida de trabajadores anónimos descubiertas por jefes que son auténticos héroes desconocidos. Tal es el caso del dueño de las panaderías Forno de Lugo, quien, además de llevar pan gallego desde su aldea a toda España, tuvo el valor de rescatar con sus furgonetas de reparto de refugiados de guerra.

Una temporada repleta de incidencias laborales, sorpresas e historias humanas ante las que los jefes no podrán contener la emoción y que laSexta emitirá desde este martes, a las 22:25 horas.

El jefe Héctor Pérez se infiltra en sus panaderías 

En el primer programa de la temporada, El Jefe Infiltrado será Héctor Pérez, gerente de Forno de Lugo, cadena de panaderías gallega, quien se infiltrará entre sus empleados para comprobar que en algunas de sus panaderías el horno no está para bollos, que en otras hay pan sin sal y trabajadoras sin sangre, que en el obrador hay panaderos de fermentación lenta y en las ferias hay clientes muy quemados.

Este empresario de éxito empezó vendiendo pan con su furgoneta en las ferias. Al cancelarse estas con la pandemia, decidió abrir su primer local. Actualmente, cuenta con 18 tiendas, más de 100 empleados y se ha convertido en uno de los más destacados representantes de la gastronomía de Galicia.

Diecisiete años después de empezar a vender pan por toda España, el jefe se infiltrará entre sus empleados haciéndose pasar por Robert, un ex camionero que compite en el falso concurso “Yo me bajo aquí”.

En el obrador trabajará con un panadero cuyas unidades de medida para elaborar las delicatessen gallegas son “más o menos” “aproximadamente” “a ojo”. Se infiltrará también con una dependienta de sus panaderías y tendrá que actuar rápidamente para evitar que un producto tan exquisito y medido como es el pan tradicional gallego acabe, literalmente, por los suelos.

Aprovechará para trabajar en una de las ferias donde venden todo tipo de productos tradicionales de Galicia. La inexperta feriante con la que trabajará es todo voluntad, pero la falta de experiencia se verá reflejada a la hora de atender a los clientes.

Por último, también se infiltrará en una de las panaderías del centro de Madrid. Allí será recibido nada más llegar con música más propia de una discoteca que de una panadería tradicional y se las tendrá tiesas con su trabajador.

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