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Las nuevas revelaciones de El Príncipe Verde. (Fox News)

EL PRÍNCIPE VERDE

El hijo de uno de los fundadores, Mosab Hassan Yousef, cuenta la verdad sobre Hamás

Mosab Hassan Yousef publicó en 2010 "Hijo de Hamás" donde relató cómo trabajó de forma encubierta para el servicio de inteligencia israelí y dio información que ayudó a evitar masacres. Advierte ahora que al grupo terrorista "no le importa el pueblo palestino ni la vida humana".

Hechosdehoy / Arturo Vázquez Cano
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Creció rodeado de los horrores de Hamás. Después de años, escapó y sobrevivió para contarlo. El hijo de uno de los fundadores de Hamás, Mosab Hassan Yousef, ha querido contar la verdad sobre la auténtica naturaleza de Hamás. Un movimiento terrorista que nada tene que ver con Palestina, el pueblo palestino y la Autoridad Palestina (AP), el gobierno con sede en Cisjordania.

El llamado Príncipe verde primero lo contó en un libro y ahora ha querido dar su testimonio de forma pública en varias cadenas de televisión.

“Podría haber sido un héroe y hacer que mi gente se sintiera orgullosa de mí. Sabía qué tipo de héroe estaban buscando: un luchador que dedicara su vida y su familia a la causa de una nación. Incluso si me hubieran matado, habrían contado mi historia a las generaciones venideras y habrían estado orgullosos de mí para siempre, pero en realidad, no habría sido un gran héroe. En cambio, me convertí en un traidor a los ojos de mi pueblo”.

Mosab Hassan Yousef es el hijo mayor de uno de los siete fundadores de Hamas, Hassan Yousef.

En su libro publicado en el 2010, titulado Hijo de Hamás, Mosab cuenta cómo pasó de idolatrar y servir durante varios años como estrecho colaborador de su padre, a proporcionar información clave que ayudó a Israel a frustrar atentados suicidas y otros ataques.

Durante casi una década, trabajó como informante para Israel, operando en altos niveles dentro del propio Hamás. Nadie en la organización terrorista lo sabía, hasta que publicó su libro.



Mosab
fue encarcelado en 1996 por los israelíes cuando todavía ni había terminado el colegio, y vivió bajo las rejas en un ala penitenciaria controlada por Hamás. Allí presenció cómo Hamás torturaba y asesinaba a cientos de prisioneros sospechosos de haber sido reclutados por el Shin Bet, el servicio de inteligencia israelí.

Mosab vio desde adentro la evolución de un grupo que comenzó con simples actos de desobediencia civil como tirar piedras y quemar neumáticos a fomentar los coche bomba y los atentados suicidas, y comenzar a desafiar el dominio de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), fundada en 1964 para representar al pueblo palestino.

A medida que las armas reemplazaron rápidamente a las piedras, los graffitis y los cócteles Molotov, Israel se enfrentaba a un nuevo problema: una cosa era hacer frente a los ataques de la OLP desde Jordania, Líbano y Siria, pero ahora los ataques procedían del interior de sus propias fronteras.

Israel y Yaser Arafat entablaron negociaciones secretas que culminaron en los Acuerdos de Oslo de 1993. El 9 de septiembre, Arafat escribió una carta al primer ministro israelí Isaac Rabin, reconociendo oficialmente “el derecho del Estado de Israel a existir en paz y seguridad” y renunciando “al uso del terrorismo y otros actos de violencia”.

En respuesta, Rabin reconoció formalmente a la OLP como “el representante del pueblo palestino”, lo que llevó al presidente Bill Clinton a levantar la prohibición para que Estados Unidos se relacione con la organización.

En ese momento, una encuesta indicó que una mayoría significativa de palestinos en Cisjordania y Gaza respaldaban los términos de los Acuerdos, también conocidos como Declaración de Principios (DOP). Este acuerdo allanó el camino para el establecimiento de la Autoridad Palestina (AP), inició la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y Jericó, otorgó autonomía a estas áreas y previó el regreso de Arafat y la OLP de su exilio en Túnez.

Pero Hamás no estaba de acuerdo.“Para Hamas, el problema fundamental no eran las políticas de Israel. Era la existencia misma del Estado-nación de Israel”.

Fue el momento de encrucijada de Mosab. Cuando el Shin Bet le ofreció ser un colaboracionista, su plan en realidad era fingir para “matar a los israelíes desde adentro”. Ser un doble espía. Jugar el juego. Con el tiempo, sin embargo, entabló una relación de amistad con Gonen Ben Yitzhak, un agente del servicio de inteligencia y a quien él conocía simplemente como Loai. Empezó a considerar a estos israelíes como sus amigos. Vio cómo lo trataban con respeto y gentileza. No con odio ni desprecio.

El palestino, conocido como el Príncipe Verde dentro del servicio de inteligencia israelí, proporcionó a Israel información crucial sobre ataques planeados y células terroristas durante la Segunda Intifada, el levantamiento palestino contra Israel.

Pero su trabajo era peligroso. Si dentro de Hamás alguien se llegaba a enterar, las consecuencias podían ser terribles: “Su vida se acababa. La vida de su familia había terminado”.

Durante una década cumplió diligentemente su trabajo encubierto pero llegó un punto en el que ya no podía seguir más. Contra las objeciones del Shin Bet, que deseaba que siguiera, y de su propia familia, que no tenía idea de este rol, Mosab viajó a Estados Unidos, donde reside actualmente.

Ahora ha querido contar toda la verdad sobre Hamás. Impactado por la masacre cometida por Hamás -como informó Hechos de Hoy– y la foma en que Hamás ha convertido campos de refugiados y hospitales en guaridas para sus jefes, ha hablado a tumba abierta con varias cadenas de televisión.

“Usan al pueblo palestino como escudos humanos. Hamás no es un movimiento nacional. Hamás es un movimiento religioso con el objetivo de establecer un estado islámico”.

2No les importa el nacionalismo, incluso están en contra del nacionalismo. Ellos están utilizando la causa palestina sólo para cumplir sus objetivos, los objetivos a largo plazo, que es transformar Oriente Medio y el mundo en un estado islámico. Ésta es la agenda de Hamás, la cual no ocultan”.

Hamás sirve a agendas extranjeras, estamos hablando de Irán y hablamos de Rusia últimamente. Hamás sirve a esas partes e Irán les paga cerca de 1.000 millones de dólares anualmente”.

Especialmente ha subrayado a la cadena Fox en Estados Unidos que “Irán es el maestro real en este panorama”. “Hamás no sirve al pueblo palestino, Hamás sirve a Irán. Mienten sobre el movimiento nacional y que les importa el pueblo palestino. Utilizan a los palestinos como escudos humanos”.

“Necesitamos liberar a los palestinos de Hamás”, es su llamamiento dramático al mundo..

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