El cara a cada de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez emitió señales de una nueva escena política y mediática (ver en Hechos de Hoy, Un final de infarto para Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias con todo abierto):
1. Televisión Española (TVE) dejó de ser líder en los debates políticos y elecciones como hasta ahora había sucedido.
2. Pedro Sánchez optó por una única estretagia, la de buscar el KO en los golpes iniciales.
3. A sillazo limpio, como metáforma visual, quedó enterrado el escenario de bipartidismo de un sistema de rotación entre la derecha y la izquierda dentro de la centralidad.
4. Aunque gane los comicios el Partido Popular y sea la lista más votada, tendrá muchas dificultades para formar gobierno si su victoria es corta. Entramos en lo peor de la reciente historia política en Italia con la salvedad obvia de "sin italianos". ¿Habrá sagacidad de votantes y líderes para hallar llaves de estabilidad, eficacia y concordia?
5. Pedro Sánchez abrió la escena a un giro de la izquierda a la izquieda para tratar de buscar un pacto tripartito (directo e indirecto) con Ciudadanos y Podemos, e incluso abriéndolo a Izquierda Unida, y otras fuerzas minoritarias.
6. La estrategia del ataque único y frontal a Mariano Rajoy responsabilizándole de la corrupción política le podría suponer lo mejor o lo peor. En las orillas del debate se mostró arrogante y prepotente al humillar a Mariano Rajoy. A su vez el presidente se mostró débil e indefenso, sorprendido y atrapado. ¿Qué supondrá para los indecisos, escépticos y resentidos? Ahora se abre la verdadera incógnita.
En el cara a cara Pedro Sánchez acorraló a Mariano Rajoy con la corrupción política y la desigualdad. El líder socialista reclamó la dimisión de Rajoy por el caso Bárcenas. El presidente respondió que su discurso es "ruin, mezquino y deleznable". Llegó el momento del todo o nada en las apuestas ¿Sánchez ganó para perder? ¿Rajoy perdió para ganar?