Felipe VI ha estado informado puntualmente del encuentro en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat. Conoce a fondo lo tratado y el análisis de Mariano Rajoy de su encuentro con Artur Mas. Este asunto no figuró en el despacho celebrado en Palma de Mallorca. Tampoco el escándalo político que rodea a la confesión de Jordi Pujol de su fraude y la posterior investigación abierta.
El Rey ha dejado fijada su posición personal y la de la Corona sobre dos asuntos que estima fundamentales. Considera esencial la ejemplaridad en las conductas. Lo aplica además a sí mismo y la Familia Real de la que desplazó a sus hermanas. Respecto a la cuestión de Cataluña figura en su preocupación personal porque es el primer Rey de España que habla castellano y catalán. Felipe VI estima que es necesario lo primero el diálogo, escuchar las posiciones por ambas partes e impulsar después un amplio acuerdo político. Este asunto no figuró en el encuentro de Palma de Mallorca pero a ello se refirió Mariano Rajoy.
Felipe VI sí quiso estar informado de la reacción del Gobienro ante el grave brote de Ébola en el África Occidental, calificado para los países de la zona de emergencia nacional por la Organización Mundial de la Salud. Con buen criterio, Mariano Rajoy respondió a la llamada de auxilio de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios para repatriar al sacerdote Miguel Pajares.
Es atendido en el Hospital Carlos III de Madrid donde va a recibir el medicamento ZMapp, utilizado en Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad del Ébola. Llegó al centro tras la autorización de su importación por el Ministerio de Sanidad. En el mismo avión fue trasladada la monja de origen guineano y con nacionalidad española Juliana Bonoha. En Monrovia, falleció la enfermera Chantal Motwameme, una de las dos religiosas con Ébola que permanecían en el hospital San José de Monrovia.
España, junto a Estados Unidos y Alemania está en el primer plano de la tención y reacción ante este brote de Ébola en el África Occidental. La situación de España es especial en la Unión Europea por el tráfico áreo y los contactos desde Canarias con el continente africano. El Gobierno, y así fue informado el Rey, sigue con total atención la evolución de la situación.
Los vuelos de Lagos a Madrid, como el de Iberia del sábado, han permanecido bajo especial revisión. El Rey también fue informado con detalle de la guerra de Gaza sobre la que España desea hacer más para impulsar un escenario de diálogo y paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina así como las facciones palestinas, entre ellas Hamás y la Yihad Islámica. España también observa el estado de descomposición y crisis en Libia, que es serio escenario de convulsión junto con los focos de Siria e Irak.
En el encuentro, atención principal a los planes del Gobierno, sobre sus reformas (la reforma fiscal) y sus políticas para crear empleo y crecer. El Rey ha puesto un gran énfasis en esta prioridad nacional, y en la atención a quienes la sufren más, señalando la gravedad del paro juvenil.
Interesante comprobar que en el encuentro de Palma el Rey quiso que quedara constancia gráfica del despacho a solas de ambos. Posteriormente Felipe VI le invitó a almorzar junto con una persona que aprecia y escucha, Jaime Alfonsín, el jefe de la Casa del Rey. Es persona importante, discreta y colaborador muy estrecho del Rey.
En este corto verano de Felipe VI en Palma llevó su estilo a las audiencias en las que quiso escuchar a fondo a sus interlocutores. Cambió además lo que era la cena en el Palacio de Marivent a una numerosa recepción, que es su estilo, el de saludar personalmente y sacar sus impresiones directas.
En estos días en Palma de Mallorca, la Reina Letizia mostró que ejerce con discreción estar en un primer plano y a la vez dar un paso atrás. Se ha visto también a la madre del Rey, Doña Sofía, relajada y feliz con sus nietos. Desde Palma de Mallorca, el Rey siguió también la primera misión de su padre, Juan Carlos I en Bogotá. Una iniciativa del Rey que, como destacó Hechos de Hoy, Mariano Rajoy consideró un acierto para que hubiera la máxima representación al comenzar Juan Manuel Santos en Colombia su segundo mandato presidencial.