Importante cambio en el Partido Popular Europeo (PPE). Donald Tusk, proclamado como nuevo presidente. No tuvo que enfrentarse a ningún rival. Elegido con el 93% de los votos de los 540 delegados. Probablemente, la opción más inteligente para el Partido Popular Europeo frente a los desafíos que pantean en Europa tanto la extrema derecha como el populismo. El nuevo presidente del PPE es muy consciente del difícil y complejo momento polítio en España.

En su vibrante discurso, Donald Tusk fue rotundo. "No podemos dejar la esfera de la seguridad y el orden en manos de políticos populistas, manipuladores y autócratas", enfatizó.  Fue una clara referencia a La Liga en Italia y el PiS en Polonia, que han arrebatado el liderazgo político al PPE. Un polaco carismático, y duro, al frente del gran partido democristiano de la Unión Europea al que pertenece el Partido Popular de Pablo Casado.

Interesante discurso y primera hoja de intenciones en su llamamiento a la derecha, el espectro conservador y la amplia familia democristiana europea. "La realidad ha resultado muy diferente y hoy, quizá más que en el pasado, el miedo juega una papel más importante en política", enfatizo Donald Tusk con profundo conocimiento de causa. Sucede a un mandato de seis años del francés Joseph Daul. Y asume un liderazgo de retos. En los países grandes de la Unión Europea, solo el PPE mantiene el poder en Alemania y es en coalición con los socialistas. En Francia e Italia ni siquiera compiten por el segundo puesto.

A nivel europeo se mantienen como la primera fuerza tras ganar las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mes de mayo con un 24% de los votos y 182 eurodiputados (de 751). Fue la sexta victoria consecutiva desde 1999 pero con importante retroceso. El PPE mantiene la presidencia en la próxima Comisión Europea con Ursula Von der Leyen pero su representación se reduce a nueve comisarios. El PPE ha perdido la presidencia del Consejo Europeo que pasa a manos del liberal belga Charles Michel. 

Donald Tusk habló con franqueza en el congreso de Zagreb. "Para bien y para mal, ya me conocen. Suelo ser breve, directo y franco, a veces, quizás, demasiado franco", se sinceró.

Y fue rotundo ante los desafíos lanzados tanto en Polonia como en Hungría señalando que quiere "terminar con el debate sobre libertad y seguridad "lo más rápidamente posible y con una conclusión obvia: no sacrificaremos en altar de la seguridad y el orden valores como las libertades civiles, el Estado de derecho o la decencia en la vida pública". "Estoy convencido de que solo tienen un mandato para aspirar al poder quienes quieren y pueden dar un sentimiento de seguridad a la gente, al tiempo que preservan sus libertades y derechos", aseveró.

Llega a la presidencia del PPE un historiador y un intelectual. Y a la vez un hombre de acción que considera a las palabras y las ideas como los verdaderos motores. Conoce los enemigos internos y externos. Sabe los formidables desafíos a la derecha y a la izquierda. 

La elección de Donald Tusk es a la vez una sorpresa y una incógnita. El Partido Popular Europeo nunca había navegado fuera del eje franco-alemán. Pero ahora la Unión Europea, y Donald Tusk es el mejor ejemplo, pivota hacia el Este.

El nuevo presidente afronta la misión de responder a populistas y euroescépticos –Viktor Orban-. Y ser sensible con el imparable sentimiento verde.  

"En política, las impresiones son a veces más importantes que los hechos. Miren la crisis migratoria. Algunos trabajaron muy duro durante muchos días y semanas para contener la ola de inmigrantes ilegales desde Turquía. Sin embargo, alguien se apropió de las percepciones. Alguien, que también trabajó duro, pero solo en su narrativa y auto-creación, colocando un muro y vallas publicitarias con propaganda contra la migración", un discurso sin paliativos ante el primer ministro húngaro. La cuestión de Fidesz es su primer gran reto.