La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, está a solo un paso de convertirse en la primera mandataria destituida de ese país después de recibir los votos necesarios para que deje la presidencia. Aunque la votación oficial quedó fijada para las seis de la tarde de este miércoles (hora española), durante el martes en el Senado, 42 de los 81 parlamentarios manifestaron su voto a favor del impeachment.
Para la aprobación de la salida de la presidencia de Rousseff es necesaria una mayoría calificada, es decir dos tercios de los senadores que equivalen a 54. Durante casi 16 horas, 63 de los 81 senadores en ejercicio, se inscribieron para hacer uso de la palabra, con un tiempo de 10 minutos cada uno.
Esta intervención era para anunciar las razones de su voto y, lo más importante, si estaban a favor o en contra de la destitución de la primera mujer presidenta de Brasil. De ellos, 42 dijeron que votarían a favor de la destitución, 18 que estaban en contra del impeachment y 3 decidieron no declarar su posición.
Rousseff, suspendida en mayo por 180 días a la espera del juicio político en el Senado, está acusada de violar normas fiscales, maquillando el déficit presupuestario. La situación ha causado una gran división en Brasil, separando a quienes creen que sería justo destituir a la presidenta por algo así de quienes sostienen que sería una injusticia o hasta un golpe de Estado.
La suspendida presidenta mantiene, por su parte, que el dinero no tuvo impacto en los niveles generales de déficit y que fue devuelto por completo al año siguiente.
Queda por saber si se logrará una salida digna del Palacio de Alvorada.
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