Si algo buscan la gran mayoría de compañías en sus nuevos teléfonos móviles de gama alta es incorporar elementos que hagan disfrutar al usuario de una experiencia única, y muchas veces, una potente batería puede conseguir esto. Este año Samsung tiene previsto lanzar un nuevo teléfono con pantalla curva, Galaxy S7 Edge, que se dará a conocer junto a la versión estándar el próximo 21 de febrero en Barcelona.
A diferencia del modelo del pasado año, el nuevo Galaxy S7 Edge contaría con una batería de nada más y nada menos que 3.600 mAh, una capacidad que lo posicionarían muy por delante de otros teléfonos rivales.
La información viene por el medio SamMobile en la página de la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense (FCC). En la captura se puede ver que la batería del Galaxy S7 Edge sería de 3.600mAh, un aumento del 38 por ciento de capacidad frente a la que equipaba el Samsung Galaxy S6 Edge el pasado año, que hay que recordar es de 2.600mAh.
Si bien este aumento de capacidad no ha sido aún confirmado por la propia Samsung, no tardaría mucho en hacerse oficial. Todo hace indicar, que esta nueva batería, al igual que ocurre con la de su hermano mayor, podría cargarse inalámbricamente. Además, tendría una función de carga extra rápida que permitirá una carga completa en sólo 2 horas y 20 minutos.
La batería de 3.600 mAh no sería la única gran novedad que se incluiría en el nuevo dispositivo con pantalla curva de Samsung. Este año se espera que llegue con un diseño ligeramente renovado, en el que los bordes se curvarían algo más que los de la generación anterior y se añadirían otras características como una nueva función llamada “Always on Display“, que permitiría mantener la pantalla encendida sin gastar a penas batería. Por su parte el panel crecería ligeramente hasta las 5,5 pulgadas y la resolución sería QHD.
En lo referente a su procesador, este año Samsung volvería a recurrir a Qualcomm y lanzaría una versión con el nuevo SoC Snapdragon 820, que ya no se espera que sufra los temibles problemas de sobrecalentamiento del modelo anterior. También habría una versión con el chip de la casa Exynos 8890, más conocido como M1.
En ambos casos la memoria RAM se fijaría en 4GB, una cifra bastante buena para mover aplicaciones de gráficos pesados o realizar varios procesos de forma simultánea. Las filtraciones también sugieren que habría cambios en el apartado fotográfico, unas modificaciones totalmente brillantes.
Tanto el Galaxy S7 Edge como el Galaxy S7 montarían una cámara de 12 megapíxeles de resolución (algo menor que la del año pasado), a la que se habría añadido píxeles más grandes para poder capturar imágenes de mayor calidad.
Los dos nuevos teléfonos también equiparían ranura para tarjetas de tipo MicroSD, que permitiría expandir la capacidad de almacenamiento, además de un nuevo puerto USB tipo C, muy útil para pasar archivos y datos de forma más rápida.
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