Máxima urgencia en Ciudad del Vaticano. Francisco no se limitó sólo a denunciar con energía que se detenga de forma inmediata la catástrofe humanitaria en Gaza. De nuevo El Vaticano, como hizo ante el riesgo de intervención de Estados Unidos en Siria, en la crisis de las armas químicas, se ha movilizado en el terreno diplomático. Por el momento, Hamás e Israel han acordado un alto el fuego humanitario de 72 horas. En un comunicado conjunto, John Kerry y Ban Ki-moon anunciaron el acuerdo e instaron a las partes a respetarlo y a continuar las negociaciones en Egipto para alcanzar una paz duradera.
El temor de analistas, y también en el entorno del Papa -se señaló en fuentes vaticanistas a Hechos de Hoy– se centra en que Gaza sea el detonante final de un conflicto general en todo Oriente Medio. Francisco, y es la tesis que mantiene con firmeza y expresó en su viaje a Tierra Santa, ha señalado que se necesita más coraje para hacer la paz que para hacer la guerra. Insiste en que se debe poner en el centro de toda decisión no los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de toda persona. La Secretaría de Estado ha enviado a las embajadas acreditadas ante la Santa Sede una nota verbal destacando el llamamiento del Papa a un alto el fuego y cese total de los combates en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás.
En este marco de máxima gravedad impactó el dolor del portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Christopher Gunnes. Rompió a llorar de forma desconsolada al relatar a la cadena Al Yazira el horror y sufrimiento vivido en una escuela de la ONU en Gaza con 19 víctimas en un bombardeo. "Los derechos de los palestinos, incluso de los niños, son denegados a gran escala. y es escalofriante", dijo Christopher Gunness desde Jerusalén, donde tiene su oficina.
También el testimonio de Pierre Krahenbuhl, al frente de la UNRWA, fue escalofriante y demoledor ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los palestinos de la Franja de Gaza están "al borde del precipicio", dijo en su llamamiento ante una situación extrema. Advirtió que con unos 220.000 palestinos en las instalaciones de la ONU en Gaza, "las condiciones de vida en estos refugios son cada vez más precarias".
"Miles de mujeres refugiadas en nuestras escuelas están embarazadas", advirtió, temiendo la llegada de una nueva ola de civiles a los refugios de la ONU ya superpoblados tras los recientes llamados de Israel a los habitantes de Gaza a abandonar sus casas. "Hemos alcanzado el límite de nuestra capacidad de acogida", advirtió. Al llamar a "todas las partes a respetar la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU", el jefe de la UNRWA reclamó un "cese del fuego inmediato y sin condiciones" e instó, además, a que se levante "el bloqueo ilegal de Gaza" para evitar que se convierta en "un lugar inhabitable en pocos años".
Krahenbuhl reiteró su firme condena al ataque del miércoles contra una escuela de la ONU en Gaza, y exigió una "investigación transparente" por parte del Gobierno de Benjamín Netanyahu. También por videoconferencia, la jefa de operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, reclamó ante el Consejo de Seguridad "nuevas pausas humanitarias, diarias, previsibles y suficientemente largas" para permitir socorrer a la población de Gaza mientras se espera un eventual cese el fuego. También pidió a los donantes un "aumento urgente del financiamiento" de la ayuda internacional a Gaza.
Tras 24 días de un conflicto devastador entre el movimiento islamista Hamas e Israel, la cifra de palestinos muertos es de 1.395 y hay más de 8.100 heridos, la mayoría civiles, según los servicios de emergencia. Más de 245 niños figuran entre los muertos, según Unicef. Israel, ha perdido a 56 soldados desde que se inició la ofensiva terrestre el 17 de julio.
