Silencio en Bruselas (cuartel general del expresidente Carles Puigdemont) en jueves 9 de importantes lecturas. La huelga general del 8 de noviembre en Cataluña fracasó. La actuación de los piquetes de la extrema izquierda y los antisistemas indignó a muchos ciudadanos. Pero el clima política y la temperatura fue diferente. Se impuso la normalidad.
En la escena judicial, datos relevantes en el Tribunal Supremo. La Mesa del Parlamento de Cataluña, liderada por Carme Forcadell, contestó al instructor y los fiscales. Respondieron a todas las preguntas. Y rompieron con el expresidente, con el exvicepresidente y con los exconsejeros.
El juez, en su resolución, señaló que los querellados no sólo han asumido la intervención derivada del artículo 155 de la Constitución "sino que han manifestado que, o bien renuncian a la actividad política futura o, los que desean seguir ejerciéndola, lo harán renunciando a cualquier actuación fuera del marco constitucional".
Claramente, y es cuestión para subrayar, la presidenta del Parlamento de Cataluña acató la legalidad evitando la prisión incondicional. Al aceptar la aplicación del artículo 155, declaró que la independencia fue simbólica.
El juez Pablo Llanera dictó prisión eludible con el pago de una fianza de 150.000 euros para Carme Forcadell. Al no pagarla de forma inmediata, fue conducida a la prisión de Alcalá Meco.
Importante que se rebajó la petición de la fiscalía, que había pedido prisión incondicional tanto para Carme Forcadell como para otros tres miembros de la Mesa, Lluís Corominas, Lluís Guinó y Anna Simó. Para estos tres y para Ramona Barrufet, para quien el fiscal había reclamado prisión eludible con fianza de 50.000 euros, el juez decretó libertad con fianza de 25.000 euros y les dio una semana de plazo para pagarla.
Joan Josep Nuet quedó en libertad provisional sin fianza, como había pedido el fiscal. En el caso de este último, de Si que es Pot, su defensa aseguró que nunca facilitó la tramitación de los acuerdos parlamentarios que se llevaron al Pleno del Parlamento de Cataluña en relación con el procés, ya que o bien se abstuvo o votó en contra.
Sin duda se abrió un marco de distensión. El Tribunal Supremo abrió la puerta a encauzar todas las causas. El horizonte apunta ahora a los objetivos políticos que se marcó Mariano Rajoy. Unidad política para aplicar el artículo 155, gestión administrativa de la Generalitat y elecciones urgentes. Los comicios autonómicos del 21 de diciembre vuelve a estar en el foco decisivo.