Me decido a escribir este artículo porque me ha hecho gracia y con plena conciencia de que muchos de mis lectores son tan “ignorantes” como yo. En el fondo, ignorantes somos todos en tanto en cuanto no sabemos todas las cosas del mundo, pero los que me leen, tienen, como yo, la virtud de ser conscientes de ello.
No como otros, que saben todo de todo. Pero da risa que, en una CARRERA de velocidad, sancionen a un participante por exceso de la misma. Pero vamos a ver ¿Este tipo de carreras no se supone que gana el que más corra? Yo no entiendo nada. Pues, como hacemos todos los ignorantes que aspiramos a ser lo menos posible (porque nunca vamos a dejar de serlo en su totalidad), me fui a investigar y, ahora, se lo cuento a ustedes para que también dejen de ignorar las bases de esta peculiar carrera que es el Rally Dakar.
La primera norma que choca un poco (en nuestra cabeza, no de choque de vehículos) es que se desarrolla, por cuarto año consecutivo, en Arabia Saudita. Que no, que no, que no pasa ni por París ni por Dakar. Ahí queda.
Pero la que afecta a nuestro compatriota Carlos Sainz es que, entre todo el compendio de obstáculos que les ponen para que a esta prueba se la considere una de las más duras del mundo, es que hay tramos que tienen límite de velocidad. ¿Para qué? Para nada. Para fastidiar y para ver si están atentos.
Pues eso les pasó a Carlos y a su copiloto Lucas Cruz. ¿O fue un poco de trampa? La cuestión es que Carlos Sainz está descalificado desde que, por un accidente, no pudo completar la sexta etapa. Esto quiere decir que no compite por ningún puesto en la clasificación y sus carreras solo sirven para probar el coche y darse visibilidad mediática.
Cosa que ha conseguido al saltarse el límite de velocidad y llegar el primero. Aunque, después de la sanción de 5 minutos impuesta por saltarse la normativa, fuese relegado a la tercera posición. Pero que le quiten lo bailado.