El portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Gabriel Rufián, fue expulsado del pleno del Congreso de los Diputados por la presidenta, Ana Pastor. Fue llamado al orden por tres veces al protagonizar un duro rifirrafe con el ministro de Exteriores, Josep Borrell.
Entre otras cosas, Rufián llamó "fascista" a Borrell y se levantó del escaño en varias ocasiones para interrumpir la intervención del ministro. Tras ser expulsado por Ana Pastor, el resto de diputados de ERC abandonaron también el hemiciclo en silencio
Alta tensión que dejó sensaciones fuertes:
– Un clima de legislatura rota que entra en noviembre en su final. Muchos rumores en los pasillos de disolución del Congreso en enero tras la Pascua Militar.
– Deninitivamente no hay espacios para tejer acuerdos con ERC, uno de los partidos independentistas catalanes.
– Hay una lucha abierta en el independentismo en Cataluña a varias bandas: ERC (con lucha interna entre radicales y moderados) contra PDeCAT, y a la vez entre los partidarios del expresidente prófugo y su aliado (Carles Puigdemont y Quim Torra) frente a los neoconvergentes (divididos a su vez entre racicales y moderados).
– Y por último, y no por ello menos imporante, hay cada vez más diferencias entre el presidente del Gobierno y su ministro de Exteriores. En su día Borrell sopesó entrar en el Gobierno. Ahora, dicen amigos muy personales, considera que pudo no acertar al entrar en un Gobierno que sólo cuenta para sus decisiones estratégicas con el múcleo centra de José Luis Ábalos, Iván Redondo y el propio presidente.